EE UU pone el control del tabaco en manos de su agencia sanitaria
La FDA controlará la venta, la distribución y la publicidad
El Senado de Estados Unidos ha aprobado una ley que autoriza a la Agencia de Fármacos y Alimentos (FDA) a regular el tabaco. Dicho organismo podrá regular la venta, distribución y publicidad, así como obligar a las tabacaleras a que revelen el contenido de su producto y las consecuencias sanitarias de su uso. La misma ley ha presupuestado 12.000 millones de dólares (9.600 millones de euros) en subsidios a los 400.000 agricultores del tabaco, con el fin de persuadirles para que abandonen su cultivo.
Los fabricantes de tabaco ya no podrán utilizar las etiquetas light o ultra light a menos que las certifique el Gobierno. Igualmente, los anuncios que pongan en las revistas sólo podrán ser en blanco y negro para reducir su atractivo. La medida está especialmente dirigida a los jóvenes, dijeron los senadores que votaron a favor de la ley, aprobada por abrumadora mayoría de 78 a 15 votos.
La FDA no tendrá capacidad para prohibir completamente el tabaco sin la aprobación del Congreso, aunque no hay ninguna cláusula que le impida presentar una propuesta legislativa con esa finalidad. Tampoco podrá catalogarlo como "droga", pero sí restringir o eliminar completamente la nicotina u otros aditivos químicos. En otras palabras, crear una nueva clase de cigarrillos que nada tengan que ver con los actuales.
Las tabacaleras, con excepción de Philip Morris, que apoya la ley, se quejaron ayer diciendo que pretende hacer los cigarillos inaceptables para los consumidores. "Si lo que vamos a tener es tabaco con un sabor repulsivo, pues nadie lo va a querer fumar", afirmó Thomas Payne, vicepresidente de R. J. Reynolds.
Asfixia económica
El lobby del tabaco ha logrado impedir durante años que la FDA regulara su producto, pero la bajada del consumo a raíz de las multimillonarias demandas contra la industria ha cambiado la realidad. Incluida la realidad política de los congresistas, especialmente la de quienes representan a estados donde hay cultivo de tabaco, como Kentucky, las Carolinas, Tennessee, Virginia o Georgia. Los agricultores, asfixiados económicamente por la falta de mercado, han sido los primeros en presionar a favor de los subsidios. El Senado espera que la mayoría utilice el dinero del subsidio a 10 años de plazo para saldar sus deudas y cambiar paulatinamente a otro cultivo.
Los 12.000 milllones de dólares de ese subsidio saldrán en gran parte de un impuesto repercutido a los fabricantes e importadores. Ésa es al menos la forma en que el Senado ha previsto financiarlo, pero es posible que finalmente se adopte otra fórmula, quizá de los bolsillos de los fumadores mediante una tarifa adicional en los paquetes de tabaco, que es la que propone la Cámara baja en la versión que ha aprobado de la misma ley. Ambas versiones se negocian y se presenta una final a la Casa Blanca.
El presidente George W. Bush no era en principio partidario de que la FDA regulara el tabaco, pero no hay indicios de que vaya a vetar la ley, lo cual en un año electoral le podría costar miles de votos justo en los estados sureños, que suelen ser territorio republicano.
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