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LA INVESTIGACIÓN DEL 11-M | La comisión parlamentaria

Fungairiño exhibe un sorprendente desconocimiento del sumario

Miguel González

El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, mostró ayer en el Congreso un sorprendente desconocimiento del sumario sobre el 11-M, en el que interviene una fiscal a sus órdenes, lo que provocó el estupor y la incredulidad de los miembros de la comisión.

Fungairiño aseguró que se enteró ayer mismo, a través de las preguntas de los diputados, de la existencia de la furgoneta Renault Kangoo que contenía los detonadores y la cinta con versículos coránicos. Cuando se le hizo notar que se trata de una de las pruebas fundamentales de la investigación, contestó que "el que hayan aparecido una furgoneta o dos turismos" le resulta "intrascendente" y que, cuando le toque informar sobre el caso, no se le pasará ningún detalle.

Al contrario que la mayoría de los comparecientes, aseguró que hasta el día 13 tenía la "convicción vehemente" de que ETA era la autora de la matanza, ya que la banda terrorista "se refocilaría si hubiera podido causar 200 muertos". En realidad, agregó, ni siquiera ahora lo excluye, ya que "como actitud filosófica" no descarta ninguna posibilidad "hasta que se cierre el sumario".

Fungairiño explicó que sólo cambió su hipótesis sobre la autoría de la matanza cuando, hacia las 17.30 del sábado 13, la fiscal Olga Sánchez le informó de que la policía iba a pedir permisos de entrada y registro de un locutorio del barrio de Lavapiés y que probablemente también se producirían detenciones de terroristas islámicos. Según su versión, hacia las 20.30 la fiscal le volvió a llamar para decirle que se habían practicado las detenciones.

Sin embargo, el arresto de los tres marroquíes y los dos españoles de origen indio se realizó hacía las 15.00 de ese día, según han explicado en el Congreso los máximos responsables policiales.

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Fungairiño hizo gala de que procura "leer poco los periódicos" y limita sus programas de televisión a los documentales de la BBC, "por higiene mental".

Reconoció que hasta el pasado 11 de marzo consideraba el terrorismo islamista "de segunda categoría", en el sentido de que realizaba tareas auxiliares pero no atentados en España, aunque agregó que su apreciación se ha demostrado equivocada.

Pese a ello, sostuvo que no hubo imprevisión alguna ante este fenómeno. "Hemos estado preparados, pero no ha habido suerte, por lo que se ve. [...] A veces, los delincuentes son más listos que la policía", argumentó.

No descartó una posible colaboración de ETA con Al Qaeda y recordó que los etarras se adiestraron en el pasado en Yemen del Norte y Argelia. "Yo no sé si eran islamistas", alegó. En realidad, ambos países tenían regímenes de inspiración marxista.

Negó cualquier relación entre el 11-M y la invasión de Irak, pues los terroristas "no necesitan motivos ni detonantes".

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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