Investigadores españoles desarrollan una vacuna terapéutica antituberculosa

Investigadores del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (Barcelona) han desarrollado una vacuna terapéutica contra la tuberculosis que, si se demuestra efectiva en humanos, impediría el desarrollo de la enfermedad en personas infectadas por el bacilo Mycobacterium tuberculosis con un tratamiento de menos de dos meses de duración. Actualmente, la terapia que se prescribe para las personas que han entrado en contacto con el bacilo tuberculoso, a base de isoniacida, debe prolongarse durante nueve meses, un periodo excesivamente largo, según los especialistas, porque favorece el abandono del tratamiento antes de su finalización, lo que anula su efectividad. Otro de los inconvenientes de la actual terapia es que su larga duración incrementa el riesgo de toxicidad hepática en el paciente.

La nueva vacuna, que los investigadores han patentado con el nombre de Ruti -denominación de la montaña donde se ubica el hospital Germans Trias i Pujol- se ha desarrollado a partir de la detoxificación (eliminación de sustancias tóxicas) y la fragmentación en pequeñas partículas del bacilo tuberculoso. "El microorganismo se cultiva de manera que genera una mejor inmunidad", explica el coordinador del proyecto, Pere Joan Cardona.

Unos tres millones de personas, la mayoría en los países subdesarrollados, mueren anualmente de tuberculosis. En los países desarrollados, según Cardona, cerca del 40% de la población está infectada por el bacilo tuberculoso, aunque sólo el 10% desarrollará la enfermedad en algún momento de su vida.

Desde que una persona entra en contacto con el microorganismo causante de la tuberculosis hasta que enferma pueden transcurrir hasta 10 años, periodo en el que el bacilo se encuentra en fase latente. Sin embargo, afirma Cardona, en los países industrializados no llega a desarrollarse la enfermedad en la mayoría de los casos. La aparición del sida y el incremento de la inmigración han frenado en los últimos años la tendencia al descenso que venía experimentando la incidencia de la enfermedad en el primer mundo.

Cardona explica que la vacuna Ruti, que podría comercializarse en un plazo de unos seis o siete años si acaba superando todas las fases de experimentación y ensayos clínicos, tendría especial utilidad en los países desarrollados, donde hay más personas infectadas que pacientes que han desarrollado la enfermedad. La nueva vacuna tendría un uso terapéutico, es decir, serviría para evitar la aparición de la enfermedad en personas que han entrado en contacto con el agente causante, aunque Cardona no descarta su posible utilidad en personas que ya han enfermado.

En los ensayos realizados con ratones, los investigadores han observado que con tres dosis de la nueva vacuna, suministrados en un periodo de un mes, se destruía el bacilo que se encontraba en fase latente. "En un solo mes se ha logrado lo que se consigue en nueve meses con el actual tratamiento", señala el investigador.

El objetivo del equipo investigador es iniciar los ensayos en humanos, si logra la autorización de la Agencia del Medicamento, a finales de año en el mismo hospital de Badalona. La segunda fase de experimentación, la que permitiria evaluar su eficacia en pacientes, se realizaría probablemente en Mozambique, en colaboración con el Hospital Clínico de Barcelona.

Para las personas que ya han desarrollado la enfermedad existe un tratamiento con varios fármacos que debe seguirse durante un periodo de unos seis meses. "El problema es que se trata de prácticamente los mismos medicamentos que se crearon en la década de 1960, muy agresivos y con importantes efectos secundarios", explica Cardona.