Islam, escuela e IRPF
Me encuentro en EL PAÍS del 9 de julio capitaneando una de las corrientes que tratan de argumentar sobre los males de las sociedades musulmanas, concretamente la de los que culpan de todo a Occidente y olvidan las raíces sociales del fundamentalismo islámico así como el fracaso de la modernización política y económica en esos países. Está bien desayunarse con comentarios de esta índole emitidos por quien tal vez no haya leído o comprendido una línea de lo que uno pueda haber podido escribir en su no del todo corta vida. Pero desde luego rogaría a mi paisano y amigo Jerónimo Páez que no saque de contexto la frase que me atribuye ("hay que garantizar la enseñanza religiosa islámica en nuestros colegios públicos y que el no hacerlo contribuye a colmar el vaso que puede desembocar en tensiones de convivencia") y que en realidad es su interpretación y resumen, con algún trozo de un artículo mío en estas páginas allá por el 7 de enero pasado, en el que consideraba (y aquí el entrecomillado sí es exacto) "justa reclamación de equidad" la demanda de las comunidades musulmanas de España de ser tratadas como la Iglesia católica, a la que los contribuyentes financiamos en nuestras escuelas sus profesores de religión.
En algún otro medio que tal vez no sea lectura diaria de nuestro articulista creo que también dejé clara mi postura allá por el 20 de febrero de este tan particular año, de que el Estado debería adoptar una actitud de neutralidad frente a todas las religiones, sin apostar por convertir a la escuela en catequesis de ninguna de ellas. Lo que ocurre es que estamos en el país en que estamos y con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho, por lo que mientras eso se consigue pienso que es de justicia (y el ministerio de tal parece así haberlo entendido) no discriminar a las otras religiones de notorio arraigo. Supongo que, como buen contribuyente, el señor Páez habrá marcado una cruz en su declaración de la renta en la casilla oportuna, pero recordará que sólo cabía marcar la "Asignación tributaria a la Iglesia católica" o la "Asignación de cantidades a fines sociales". ¿Se ha puesto en la piel del comerciante musulmán (español o residente) con su bolígrafo en mano a la hora de marcar en qué casilla?
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