Marion Jones se para
La máxima estrella de la velocidad de los últimos años sólo es quinta y se queda sin plaza para Atenas en los 100 metros
Marion Jones no logró pasar el examen de los 100 metros lisos en las selecciones de Sacramento, lo que le impedirá defender en Atenas el título que consiguió hace cuatro años en los Juegos de Sydney. LaTasha Colander, Torri Edwards y Lauryn Williams formarán el trío titular de velocistas que dentro de un mes viajará a Grecia enarbolando la bandera de barras y estrellas. Jones, que quedó quinta en el hectómetro, todavía tiene la posibilidad de conseguir billete a la capital griega si se coloca entre las tres mejores en la pruebas de 200 metros y salto de longitud.
La atención en la carrera estaba puesta en la chica de oro, Marion Jones. La indumentaria blanca que llevó puesta en la serie de los cuartos de final el viernes la cambió por el fucsia eléctrico el sábado. A su lado corría, de verde y naranja, la pequeña Williams. Era la primera vez que se conocían. A Marion se la veía muy tensa antes del pistoletazo de salida, a pesar de que esbozó una sonrisa mientras le aplaudían desde la grada. Las semifinales le habían ido mejor que las series eliminatorias del viernes. Se la vio más ella en su estilo, sólida y convincente en la carrera, incluso relajada.
Salió bien, pero en lugar de remontar, como antes, fue perdiendo fuerza y se vino abajo
Salió bien, pese a hacerlo ligeramente por detrás de sus principales rivales. Pero conforme fue avanzando la carrera, en lugar de remontar, como antes, fue perdiendo fuerza y se vino abajo. El sufrimiento se fue apoderando de rostro a pocos metros de la meta. Jones quedó quinta, con unos modestos 11,14s para ella, en una carrera en la que sólo tres atletas tenían garantizada la clasificación automática para a ir a Atenas. LaTasha Colander se impuso y fue la única en bajar de 11s, con 10,97s, seguida por la campeona mundial Torri Edwards, 11,02s y Lauryn Williams, 11,10s. La veteranísima Gail Devers, con 37 años, fue cuarta, con 11,11s.
En ninguna de las carreras que Jones disputó el fin de semana logró bajar de los 11 segundos y se le vio muy lejos de los 10,88s que consiguió en las selecciones de hace cuatro años, por no hablar de su mejor marca personal, 10,65s en 1998. Le pudo más la presión. Jones no sólo debía correr más que nadie para poder defender el título olímpico en el hectómetro liso en Atenas, sino que además debía luchar por limpiar su reputación ante los dedos que le señalan como una tramposa por el supuesto uso de sustancias dopantes. Todavía no hay cargos contra ella.
Jones se queda de momento fuera de los Juegos, aunque tendrá la posibilidad de hacerse con un billete en 200 metros, que se disputa el próximo fin de semana y en salto de longitud, que concluye el jueves. Pero Marion se había concentrado últimamente en los 100, por lo que hay dudas sobre su rendimiento en las próximas dos pruebas.
Otra de las acusadas por dopaje que participó en las pruebas de selección de Sacramento fue Chryste Gaines, pero incluso quedó apeada en las semifinales.
Las eliminatorias de 100 en hombres empezaron la noche del sábado. Maurice Greene, que defiende el oro olímpico conseguido en Sydney, sí se mostró en gran forma y pasó a las semifinales con gran facilidad. Corrió relajado y sobrado de confianza. No así Tim Montgomery, recórdman mundial acusado por dopaje. Como su compañera sentimental Marion Jones, no dio la impresión de ser capaz de hacerse con uno de los pases. No fue el caso de Shawn Crawford, que lució su buen estado de forma.
Incluso si Montgomery se clasifica, deberá esperar a la sentencia aún pendiente de la federación estadouniodense. Si es declarado culpable, no sólo se quedará apeado de la competición de por vida sino que perderá su récord mundial, que volverá a Greene.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.