Un foro informativo busca estrategias para estrechar las relaciones entre Portugal y Cataluña

Las relaciones entre Cataluña y Portugal están trufadas de desencuentros históricos, falsos mitos, desconfianzas económicas y desinterés informativo. Algunos de estos obstáculos fueron analizados este fin de semana en el II Foro de la Comunicación de la Fundació Catalunya-Portugal, celebrado en Peralada (Alt Empordà). La entidad organizadora, que orienta su trabajo hacia personalidades influyentes de ambos extremos de la península Ibérica, nació hace tres años con el objetivo de tender puentes y remediar el alto grado de desconocimiento que existe entre la realidad catalana y la portuguesa.

Maria do Carmo de Dalmau, secretaria general de la fundación, mantuvo que es urgente crear complicidades de toda índole. "La idea de esta asociación nace de la convivencia entre empresarios catalanes y portugueses y ante la constatación de que las empresas portuguesas necesitan ayuda para llegar a Cataluña", explicó.

Josep Oliu y João Rendeiro, presidentes del Banco de Sabadell y del Banco Privado Portugués, respectivamente, explicaron que Portugal invierte más en España que a la inversa, aunque las inversiones españolas tienen mayor repercusión mediática. Durante el foro se aludió a una supuesta reticencia española al nombramiento del portugués José Manuel Durão Barroso como presidente de la Comisión Europea. Miguel Ángel Navarro, secretario general para la Unión Europea del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, se declaró sorprendido ante tales informaciones y aseguró que Barroso fue apoyado sin reservas porque puede ayudar a evitar que Portugal y España "caigan en la periferia de Europa".

Ignacio Sánchez-Amor, vice-presidente de la Junta de Extremadura -una de las comunidades con mayor relación con Portugal junto a Galicia-, aludió a la "asimetría de flujos informativos" que nace en una tradición de desinterés de los españoles por los asuntos portugueses. Sánchez-Amor expresó la necesidad de desterrar espereotipos o mitos recurrentes, como la supuesta invasión económica del territorio luso por parte de España.

El encuentro de Peralada, financiado por la Fundació Castell de Peralada, el Banco Privado y el Banco de Sabadell, fue clausurado por el conseller en cap, Josep Bargalló, quien subrayó la necesidad de incrementar los intercambios económicos entre Cataluña y Portugal.