Una red con muchos nudos

Los convenios aprobados ayer por el Consejo de Ministros entre el Ministerio de Sanidad y los centros de trabajo con células madre, tanto de origen embrionario como adultas, de Cataluña y Andalucía son sólo la primera parte de lo que será la red de investigación en medicina regenerativa que ha anunciado la ministra de Sanidad, Elena Salgado.

El siguiente candidato a incorporarse será probablemente el Centro Superior en Alta Tecnología Científica para la Investigación en Biomedicina y Trasplantes de Tejidos y Órganos de la Comunidad Valenciana que dirige el ex secretario general del Ministerio de Sanidad durante el mandato de Celia Villalobos, Rubén Moreno.

Ayer, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, invitó a las autoridades de la Comunidad Valenciana a suscribir también un acuerdo con el Ejecutivo para unirse a la red.

La respuesta será presumiblemente positiva. El consejero de Sanidad valenciano, Vicente Rambla, pidió ayer mismo al Ministerio un borrador de convenio y un acuerdo "en las mismas condiciones" a los de Cataluña y Andalucía. Ha sido en Valencia donde, adelantándose a que se completara la legislación para permitir la obtención de líneas celulares a partir de embriones congelados, ya se han conseguido dos de ellas.

El proyecto tiene otros candidatos. El alcalde de León, Francisco Fernández (PSOE), pidió ayer a la Junta de Castilla y León que considere su ciudad para ubicar la sede de la Fundación para la investigación con las células madre y terapias regenerativas que pretende impulsar el Ejecutivo autonómico y la Federación Regional de Cajas de Ahorro, informa Europa Press.

Aunque Fernández no lo ha explicado, el centro deberá integrarse en la red nacional, entre otras cosas porque la autorización y el material para los ensayos será controlado por el Banco Nacional de Líneas Celulares de Granada.

No todos los nodos tendrán que ser españoles. Entre los posibles candidatos a incorporarse, según Salgado, están Singapur, donde Bernat Soria trasladó parte de sus investigaciones cuando no le dejaron hacerlas en España, o el Instituto Karolinska sueco.