El cobista marrullero, el policía y el 'Titadynegate'

El diputado popular Jaime Ignacio del Burgo, con no ser el único, es, pocas dudas caben ya, el cobista mayor del Reino en la Comisión del 11-M. Es el primero en preguntar y siempre realiza un largo prólogo, en el que derrama el tarro de las esencias sobre el interlocutor de turno antes de preguntar. Pero he aquí que cuando el compareciente empieza a desbarrar -esto es, avanza de forma más o menos manifiesta en una dirección contraria a los intereses del Partido Popular-, el abogado-diputado le expropia el turno. Ayer, volvió a ocurrir. Y nada menos que con el que fuera comisario general de Información durante los acontecimientos del 11-M, Jesús de la Morena. Ayer, Del Burgo elevó al policía hasta los altares, lo que provocó casi su sonrojo, y pasó a su turno de preguntas, pero cuando vio peligro habló casi tanto como el compareciente De la Morena. El lector se preguntará ¿es que no hay presidente que ponga algo de orden ante tamaña expropiación? Sí, pero se trata de un presidente ausente.

El hecho es que cuando Jesús de la Morena, en respuesta a Del Burgo, empezó a narrar los hechos del 11-M, como podría hacerlo un abuelo a sus nietos, es decir, en un tono íntimo, casi susurrante, la cosa empezó a sonar mal para el comisionado popular. Contó De la Morena que él había manifestado en una reunión de altos mandos policiales en el Ministerio del Interior, a las 12.00 del jueves 11-M, "cierto escepticismo" ante la autoría de ETA. Algunas cosas no le cuadraban al que es considerado máximo experto policial sobre ETA. Cosas de sentido común. Como el hecho de que la banda terrorista hiciera un atentado de tal calibre, indiscriminado, o que no avisara antes del estallido.

Siguió De la Morena. El relato iba in crescendo, con suspense de novela negra. Y de pronto, advirtió: "Lo que fue determinante, que ha podido ir más allá del análisis

[que se estaba haciendo sólo con antecedentes ese mediodía] fue un hecho. Al subdirector general operativo le informaron directamente que el explosivo utilizado era Titadyne...".

Del Burgo no le dejó seguir adelante. "Yo no sé... porque sobre estos datos... mentir es un delito". Ahora, el policía se había convertido, por arte de birlibirloque, en un reo. "Le pregunto con toda solemnidad. Al señor Díaz-Pintado... quién le informó... las consecuencias de la llamada en la que le informaron que el explosivo era Titadyne con cordón detonante...".

-Sí, la verdad es que pienso decir la verdad. No sé quien habló con él. Supongo que el Comisario General de Seguridad Ciudadana. Lo supongo.

Jaime del Burgo ya no permitió continuar el relato y orientó las preguntas, enredando marrulleramente las manifestaciones del policía.

Pero Jesús de la Morena no fue el único dolor de cabeza de los populares. Antes, el responsable de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos, Juan Jesús Sánchez Manzano, explicó con lujo de detalles que hasta las 14 horas del 11-M su unidad no terminó los estudios sobre los restos de explosivo procedentes de Atocha y los otros escenarios de la masacre. Cuando a esa hora tuvo el resultado pudo confirmar que era dinamita, pero no Titadyne. Según aseguró, nunca informó sobre esta marca, que identifica a ETA.

Se está, por tanto, ante lo que puede llamarse el Titadynegate. Según Jesús de la Morena, ese indicio objetivo fue determinante en la reunión de las 12.00 horas del jueves 11-M para pensar en ETA. El ministro Ángel Acebes no pronunció la palabra Titadyne en su comparecencia del jueves 11 a las 13.30 horas. Pero sí, en cambio, ahora ha trascendido, después de esa rueda de prensa dijo off the record a varios periodistas que el explosivo era Titadyne. Sus servicios del Ministerio del Interior inundaron España y el mundo con la palabra Titadyne. Hasta se informó a los embajadores, la tarde del 11-M, que era el "explosivo habitual de ETA".