Los Gobiernos de la UE fijaron la prioridad contra el terrorismo islamista 10 meses antes del 11-M

El Grupo de Jerez (reunión informal de los ministros del Interior de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España) nació marcado por la preocupación compartida por el terrorismo islamista. Fue casualidad que, un día antes de que se constituyese en la localidad gaditana de la que toma nombre, un atentado en la Casa de España en Casablanca (Marruecos) matase a 44 personas, cuatro de ellas españolas, el 17 de mayo de 2003. Desde entonces, otros encuentros de políticos y otros tantos de expertos abundaron en la necesidad del intercambio de información y en la cooperación para luchar contra la violencia fundamentalista, según se deduce de varios informes remitidos a la comisión de investigación del 11-M en el Congreso.

La preocupación por la ofensiva incipiente del terrorismo islamista estuvo patente en los Gobiernos de Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España desde al menos once meses antes de los atentados de Madrid, en los que murieron 190 personas. En aquella primera reunión en Jerez, a iniciativa española, se acordó que los expertos antiterroristas de los cinco países elaborasen un informe conjunto sobre el atentado de Casablanca. El entonces ministro francés del Interior, Nicolas Sarkozy, propuso que en el siguiente encuentro se debatiese "la cuestión del islam". Su homólogo italiano, Giuseppe Pisanu, anunció para octubre una reunión de todos los ministros de la UE sobre el asunto, y el británico, David Blunkett, aludió a la necesidad de abordar "el problema del islam y la dicotomía entre modernidad y fundamentalismo".

El representante español, Ángel Acebes, situó el terrorismo como la "amenaza más grave" para la democracia, recordó la "creciente gravedad de los ataques del terrorismo islámico" y propuso como medio para combatirlo el intercambio de información mediante la creación de un clima de confianza entre los servicios de información e inteligencia. Según el documento de la Asesoría Internacional del Gabinete del Ministro del Interior remitido al Congreso, el análisis más completo lo realizó el alemán, Otto Schily.

Antes del segundo encuentro del Grupo de Jerez, los expertos antiterroristas se reunieron en París el 15 de octubre de 2003 para preparar la cita de los ministros. Examinaron los resultados de sus investigaciones sobre el ataque terrorista de Casablanca e intercambiaron información sobre la presencia islamista en Europa (sospechas sobre presencia de radicales paquistaníes en Gran Bretaña y Cataluña, militantes entrenados en Afganistán y Paquistán, relación de Al Qaeda y Ansar el Islam), pero en el documento enviado al Congreso no hay, como tampoco en los resúmenes, alusión ninguna a ETA.

Preocupación en Rabat

Tampoco en la nota informativa del Ministerio del Interior sobre la segunda reunión del Grupo de Jerez se alude al terrorismo etarra, y sí se constata de nuevo la intensa preocupación por los atentados islamistas, así como la necesidad de mejorar los instrumentos de lucha contra esa violencia. España extrajo como conclusión del informe conjunto sobre el atentado de Casablanca que el grupo que lo perpetró se radicaba en aquella ciudad, que tenía apoyos en Argelia, que había una "grave preocupación marroquí", la concienciación sobre la necesidad de trabajar con Marruecos y Argelia, y de intercambiar información sobre grupos terroristas islamistas en Europa y "que hayan recibido entrenamiento en Afganistán". La delegación española consideró "positiva" la novedosa experiencia de que cinco países elaboren "una investigación conjunta y dispongan de información común, incluida la identificación de las carencias que deben ser atendidas y mejoradas".

Para la siguiente reunión de los expertos antiterroristas (en Bonn, Alemania, los días 19 y 20 de enero de 2004) estaban además sobre la mesa los dos atentados de noviembre en Estambul (Turquía), con un total de 47 muertos y más de 500 heridos. Sin mención a otros tipos de terrorismo, los entendidos trataron diversos aspectos operativos. La delegación francesa alertó de la necesidad de "vigilar a los imanes radicales" y mostró su preocupación por la "captación de islámica" en las cárceles.

Pese a que en los anteriores documentos relativos al Grupo de Jerez no hay ni una mención a ETA, los dos informes enviados al ministro Ángel Acebes para la tercera reunión (16 y 17 de febrero) recalcan la necesidad de mostrar a los otros cuatro socios "cuál es la realidad del terrorismo en España". El de la Guardia Civil se extiende sobre el entorno de la izquierda abertzale y no alude al terrorismo islámico más que para remitir al informe sobre la reunión de Bonn, y el de la policía se limita a referencias genéricas. Eso sí, recomienda al ministro "mencionar el buen resultado obtenido" gracias a la cooperación internacional, tanto contra ETA en Francia como en operaciones contra el terrorismo islámico.

Según el resumen de la posterior reunión de los ministros en la localidad alemana de Garmish-Partenkirchen, Acebes omitió en el debate antiterrorista cualquier alusión a ETA. En este tercer encuentro del Grupo de Jerez, España propuso que el grupo de expertos antiterroristas realizase "un análisis global del terrorismo" y que prestase atención a la delincuencia organizada.