Asesinato público de un colaboracionista
Militantes de las Brigadas de Al Aqsa asesinan a un palestino ante una multitud
Mohamed Rafia Daragmeh, de 45 años y padre de dos hijos, fue ejecutado ayer a tiros y a sangre fría por cuatro militantes de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, en la plaza mayor de Qabatia, al norte de Cisjordania, después de que confesara públicamente haber colaborado con los israelíes y mientras una multitud reclamaba a gritos su muerte. Desde que se inició la segunda Intifada, hace casi cuatro años, 86 palestinos han sido asesinados o linchados en las calles de Cisjordania y Gaza bajo la acusación de haber colaborado con el enemigo israelí.
"¿Eres un colaboracionista de los servicios secretos israelíes?", le había preguntado uno de los militantes de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, mientras que con el rostro descubierto le apuntaba con la metralleta. Mohamed Rafia Daragmeh desde el suelo, agazapado, en el centro de la plaza mayor de Qabatia, musitó con voz apenas perceptible un sí, mientras trataba de encogerse y protegerse la cabeza con los brazos.
"¿Has molestado sexualmente a tus dos hijas?", continuó el hombre armado, al tiempo que otros tres milicianos asentían la pregunta con la cabeza, otorgándose asimismo el derecho a convertirse en jueces.
La respuesta igualmente afirmativa de la víctima fue acogida por gritos de la multitud, que a aquella hora de la mañana del viernes, día de la gran plegaria musulmana, se habían congregado en la calle, según aseguran testigos presenciales. Hasta entonces el gentío había seguido en silencio el incidente, tratando de no implicarse en el suceso.
"Entonces ¿qué sentencia se merece?", preguntaron los milicianos a la multitud, como si trataran de legitimar el proceso popular y justificar así una decisión que había sido tomada de antemano, cuatro días antes cuando el hombre fue detenido por un comando de Al Aqsa. La respuesta no se hizo esperar. Mientras los curiosos gritaban "¡ejecución!" y "matarlo", los hombres descargaron la munición de su metralleta sobre el cuerpo de su víctima.
Un familiar de la víctima aseguraba ayer públicamente sentir vergüenza por el comportamiento de este miembro del clan y aseguró que días atrás su propio hermano había tratado de darle muerte con un cuchillo. Recalcó además que desde hacia tiempo había sido expulsado de la familia, retirada la patria potestad de sus hijos y arrojado como un animal a la calle. El testimonio de este familiar fue ratificado por un dirigente de la Brigada de Al Aqsa, quien lacónicamente aseguró que había que dar "un escarmiento y ejemplo" a los colaboracionistas que dan su apoyo al Ejército israelí.
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