EE UU bombardea de nuevo Faluya en busca del líder de Al Qaeda en Irak
El Gobierno provisional acusa a países extranjeros de estar detrás de los últimos atentados
El ministro iraquí del Interior, Falah al Naquib, acusó ayer a países extranjeros que no nombró de estar detrás de los atentados que el día anterior causaron 103 muertos en seis ciudades de Irak. Al Naquib, que compareció ante la prensa acompañado del titular de Defensa, Hazem Shaalán, dijo que en los próximos días ofrecerá pruebas. EE UU no espera y ayer lanzó un nuevo bombardeo contra un presunto escondite en Faluya de Abu Musab al Zarqaui, cuyo grupo reivindicó los ataques. La operación dejó entre 20 y 25 muertos, según fuentes militares.
Irak era ayer un país conmocionado y cuya población evitó salir de casa. A la festividad del viernes musulmán y las altas temperaturas, que ya superan los 40 grados, se unía el temor a que, tal como había asegurado el primer ministro, Ayad Alaui, la noche anterior, la oleada de ataques pudiera continuar o incluso intensificarse. Aunque las fuerzas iraquíes y estadounidenses habían recuperado el control, el aumento de la presencia militar y los puestos policiales daban la impresión de estar esperando un nuevo asalto, en especial en Bagdad. Se teme que Abu Musab al Zarqaui intente plantar una serie de coches bomba en la capital antes de que se produzca el traspaso de soberanía, prevista para el próximo miércoles.
Alaui, amenazado de muerte por Al Zarqaui, presunto jefe de Al Qaeda en Irak, se ha mostrado rotundo contra las acciones terroristas. "Vamos a aplastar a los responsables", aseguró el jueves por la noche. Estados Unidos confía en que la estrategia de Alaui erosione el apoyo popular a la insurgencia. Pero los iraquíes, que llevan un año oyendo promesas de que sus vidas van a mejorar, no se conforman con declaraciones y esperan ver avances concretos en el control de la violencia. De momento, la sensación que tienen es que las autoridades sólo se protegen a sí mismas. Ayer, varios blindados norteamericanos impedían el acceso a toda la calle en la que se encuentran las viviendas de los miembros del Gobierno y obligaban a dar un rodeo.
El ministro del Interior reconoció que sus hombres no tienen potencia de fuego y que están mal equipados para hacer frente a los ataques. En la mayoría de las ciudades (Baquba, Ramadi, Faluya y Bagdad) se produjeron asaltos a las comisarías por parte de individuos armados con lanzagranadas y morteros. "Hemos iniciado un programa para dotar de nuevas armas a todos los policías, incluidos los agentes de tráfico", anunció.
En Mosul, donde el jueves hicieron explosión siete coches bomba, fuentes policiales manifestaban que la investigación era difícil. La noche fue tranquila y la población respetó el toque de queda, según un portavoz.
Miles de agentes en la calle
Durante el día, la mayoría de los habitantes evitaron las calles por temor a nuevos ataques. En la petrolera Kirkuk, a 175 kilómetros al este de Mosul, el jefe de la policía, general Turhan Yusef, declaró el estado de máxima alerta. "Tenemos información sobre posibles atentados terroristas mañana por la mañana [hoy, sábado] contra comisarías o responsables locales", justificó, al anunciar que había sacado 5.000 agentes a la calle. En esta ciudad aparecieron anoche dos cuerpos decapitados en bolsas de plástico y que según la policía serán difíciles de identificar.
El ataque aéreo norteamericano en Faluya, el tercero en una semana, tuvo como objetivo una vivienda del barrio de Shuhada, al suroeste de ese feudo suní situado 50 kilómetros al oeste de Bagdad. Dos misiles destruyeron un presunto escondite del grupo de Al Zarqaui. "Donde sea y cuando sea que sepamos que hay elementos de esa red, les atacaremos", aseguró el general norteamericano Mark Kimmitt, jefe adjunto de operaciones de las fuerzas de la Coalición. Los dos primeros ataques, el sábado y el martes, también causaron una veintena de muertos cada uno.
Faluya vivió ayer un segundo día de enfrentamientos. Durante la noche y por la mañana se oyeron explosiones y fuego de armas automáticas. Los carros de combate y los blindados de los marines estadounidenses realizaban maniobras en la autopista que bordea la ciudad, mientras que desde el este hombres armados les respondían con fuego esporádico. Fuentes hospitalarias dijeron que se habían producido dos muertos y siete heridos.
En Bagdad, una bomba camuflada en una cuneta mató a dos policías. Otros tres agentes murieron en Baquba y un cuarto resultó herido cuando su comisaría fue atacada de madrugada. Esa ciudad, situada a 60 kilómetros al noreste de Bagdad, fue el lugar donde se produjeron los enfrentamientos más violentos el jueves.
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