Desalojados en Castellón vecinos que protestaban por el derribo de sus viviendas

El equipo de gobierno popular en el Ayuntamiento de Castellón aprobó ayer en una tensa sesión plenaria, con los votos en contra del PSPV y el Bloc, la modificación del PGOU para construir 6.000 viviendas en la zona oeste de la ciudad, de las que la mitad serán de protección oficial. Los pisos se construirán en una superficie de un millón de metros cuadrados y supondrán el derribo de unas 60 viviendas de la zona de Els Mestrets. Sus inquilinos protestaron en el salón de plenos contra la recalificación de los terrenos con pancartas y pitos. Otro grupo de vecinos, entre los que se encontraban conocidos militantes del PP y ex concejales de esta formación, se manifestó en apoyo a la iniciativa del Ejecutivo local.

La Policía Municipal, al recibir la orden del alcalde, José Luis Gimeno, tuvo que emplearse para desalojar a los primeros, incluso sacando a rastras a una mujer, por interrumpir de forma reiterada con cacerolas y gritos el discurso del primer teniente de alcalde, Alberto Fabra, quien aseguró que el Ayuntamiento "garantizará el realojo sin coste alguno de los vecinos en una zona de viviendas unifamiliares". Para ello aseveró que acudirá "al IVVSA o donde haga falta". El portavoz adjunto del PSPV, Miguel Alcalde, explicó su voto contrario a la propuesta por la "falta de diálogo y consenso con los afectados" y porque "en realidad no existen garantías para los vecinos". Alcalde añadió que no se "corresponsabiliza" de un urbanismo "en el que hay que sacar a los vecinos de sus casas a la fuerza, pues no queremos un urbanismo contra la gente". El representante del Bloc, Toni Porcar, también pidió que "se llegue a un acuerdo con los vecinos" ante un hecho consumado por la mayoría absoluta del PP.