Mueren cuatro soldados estadounidenses en Ramadi

Los cadáveres de cuatro marines estadounidenses fueron encontrados ayer en un un edificio semiabandonado de Ramadi, ciudad situada a 100 kilómetros al oeste de Bagdad y que forma uno de los vértices del llamado triángulo suní, donde la resistencia es muy activa. La noticia fue confirmada en rueda de prensa por el portavoz del Ejército de EE UU en Irak, general Mark Kimmitt.

Los mismos insurgentes llevaron a varios testigos al lugar del ataque para dar a conocer su acción. Los cuerpos de los cuatro soldados se encontraban ensangrentados y tirados en el suelo junto a sus pertenencias. No se sabe cuándo tuvo lugar el ataque. Los cuatro marines no llevaban puestos los cascos de combate reglamentarios ni sus chalecos antibalas, que son habituales cuando se hallan de patrulla fuera del cuartel.

Con estos soldados muertos en Ramadi, ciudad que dista 50 kilómetros de la problemática Faluya, la cifra de militares fallecidos en Irak desde el inicio de la invasión el año pasado se eleva a 619. Para las autoridades estadounidenses, esta resistencia está formada por miembros del régimen depuesto de Sadam Husein y militantes extranjeros, principalmente de Al Qaeda.

Exportaciones de petróleo

Por otra parte, Irak reanudó ayer sus exportaciones de crudo en el sur del país, una vez reparado el oleoducto principal, atacado hace seis días. Las terminales marinas de Basora, Jor y Al Amata exportaron ayer a un ritmo de un millón de barriles, que es un 55% de su capacidad habitual. "No hay escapes y el bombeo es el correcto", dijo ayer un responsable del oleoducto. La otra línea de exportación de crudo, esta vez terrestre, es la de Kirkurk, al norte, donde también son habituales los sabotajes.

Los temores a nuevos ataques contra estas instalaciones antes y después del 30 de junio, fecha prevista para la ceremonia de entrega del poder a las autoridades iraquíes designadas, es uno de los factores clave que influyen en el alto precio del petróleo en los mercados internacionales.