"Tenéis 'feeling' con los internos"
Juanan se calzó el viernes el chándal. Es su atuendo preferido para relacionarse y trabajar con los internos de Basauri. "El contacto físico con el interno no puede sustituirse con ninguna entrevista en un despacho", dice. Su primer destino como educador social fue en Salto del Negro (Canarias), "pero sólo aguantamos unos meses. ¡Es que somos de Bilbao, joder!", recalcó ante el portón automatizado de la cárcel de Basauri. Luego llegaron los años de plomo en Martutene: tres compañeros muertos y otro herido en la prisión guipuzcoana a manos de ETA en 1990, 1993 y 1997. Y la muerte de un ataque al corazón de un recluso etarra a finales de 1990. Parece una página pasada en la historia de las prisiones vascas, si nos atenemos a las propias reflexiones de ETA recogidas en el zutabe 100 tras su último debate, de 2002.
Juanan vivió muy de cerca la visita el pasado viernes de la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, al penal de Basauri.
-"¿Qué os ha parecido?", preguntó a una persona del equipo de la directora.
-"Está claro que aunque es una instalación muy vieja, se puede percibir una cercanía entre los internos y vosotros. Tenéis feeling", le contestó una de las asesoras de Gallizo.
Preparar al interno para la vida de fuera. Hacer posible eso que los psicólogos denominan arraigo y que no es sino un conjunto de mil caras que va desde aprender un oficio en los talleres, hasta la formación en una Universidad o el estímulo cercano de familiares y amigos. El incremento del uso de pulseras electrónicas para que los presos puedan acceder al régimen abierto y, además, estén "controlados, pero no estigmatizados", forman parte del ambicioso plan de trabajo de la nueva jefa de Prisiones.
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