El Senado se rebela contra Lula por el salario mínimo en Brasil
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sufrió en la noche del jueves una dura derrota en el Senado, que rechazó por 44 votos a 31 el aumento del salario mínimo propuesto por el Gobierno y que ya había sido aprobado por la Cámara. El Ejecutivo de Lula ha perdido además la mayoría que lo apoyaba hasta ahora, ya que contra él han votado no sólo tres senadores de su Partido de los Trabajadores (PT), sino también nueve pertenecientes a los partidos que lo sostienen: cinco del PMDB, dos del PL y dos del PSB.
La derrota tiene que ver, además, con un asunto muy sensible para un Gobierno progresista, como es el aumento del mísero salario mínimo de los trabajadores brasileños, que Lula había prometido doblar durante su mandato. El Gobierno había propuesto un aumento insignificante de 20 reales (6,3 euros) mensuales al salario mínimo de 240 reales, alegando que un aumento mayor pondría en peligro la estabilidad económica. La Cámara baja del Parlamento aprobó el plan del Gobierno con gran dificultad y ahora el Senado la ha rechazado, aprobando un aumento de 15 reales por encima del propuesto por el Ejecutivo.
Reelección en 2003
La derrota preocupa a Lula porque ha puesto en evidencia que la base política que apoya su Gobierno se está resquebrajando y que los partidos aliados podrían querer ir por su cuenta a las elecciones municipales de octubre próximo, cuyo éxito para el PT, el partido del Gobierno, se considera vital para la reelección de Lula en 2006. Las causas de la desafección de los aliados del Gobierno hay que buscarlas, según los analistas, en las luchas internas que zarandean el Gabinete de Lula y en la caída del apoyo incondicional que el actual presidente del Senado, el ex presidente de la República José Sarney, venía dando al presidente. Todo su grupo, comenzando por su hija, la senadora Roseana Sarney, votaron contra el Gobierno.
Tras la derrota en el Senado, la propuesta de aumento del salario mínimo vuelve a la Cámara baja. Las posibilidades son dos: o ésta rechaza el aumento del Senado, algo que desgastaría a los diputados ante la opinión pública, o la acepta. En este caso, Lula podría vetarla, y el salario mínimo volvería a los anteriores 240 reales hasta que el Gobierno vuelva a hacer una nueva propuesta. "Durante un año y medio el Gobierno había vendido la ilusión de que tenía mayoría en el Senado. El velo fue, sin embargo, arrancado por la derrota", escribió ayer la columnista del diario O Globo Tereza Crunivel.
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