Carta abierta a Cándida Martínez

Señora consejera de Educación y Ciencia: quiero manifestar el profundo malestar que sentimos por el trato que la enseñanza pública está recibiendo de la Consejería. Si le soy sincero, no sé por dónde empezar...

Por la indignación que siento cuando en el Consejo Escolar del CEIP Sor Ángela de la Cruz de que el curso 2004/2005 nuestras aulas de educación infantil y primero de educación primaria estarán con 27, 26 y 29 alumnos ¿Calidad de la enseñanza pública con esa ratio?

O quizás mejor por la vergüenza; sí, vergüenza es la que siento cuando desde la Calle Resolana veo "el caseto de obra" convertido en aula de educación ¿No siente usted vergüenza? ¿Hacia donde miran los políticos desde sus coches de gama alta cuando pasan por Resolana? ¿Hacia dónde mira usted, consejera?

No. Debería haber comenzado por la decepción. He descubierto, y conmigo muchas familias, se lo aseguro, que a usted y a su partido la enseñanza pública sólo les sirve para llenarse la boca de grandes palabras. Quienes mantenemos la enseñanza pública somos las familias que aun creemos que tiene salvación aun a costa del estrangulamiento al que la están sometiendo, ustedes desde aquí y los otros desde allá.

Usted, y el PSOE, están perdiendo la oportunidad de demostrar que es posible una enseñanza de calidad y pública. Dejar que esta muera como lo demuestra su dejadez y la de su Delegada Provincial en la falta de toma de decisiones prioritarias en una zona educativa como es el Casco Histórico. Dejar cinco centros públicos en la zona aludida, como un reducto simbólico, sin cuidados, sin mimo, sin atención, frente a la enorme competencia que representa 19 centros privados concertados. Dejarnos en tierra de nadie, porque ¿quién defenderá nuestros intereses?

¿Cuántos centros públicos han desaparecido en el Casco Histórico en el periodo socialista? ¿Qué es más prioritario: un ordenador por cada dos alumnos o clases con 15/20 alumnos? ¿Dónde está el personal auxiliar en la educación infantil, en especial en las edades de tres y cuatro años? ¿Cómo va a fomentar la enseñanza bilingüe si como hemos sabido en estos días, en colegios que ya la tienen, como el CEIP Macarena, quieren anularla debido también al aumento de la ratio y a la supresión de unidades? ¿Cómo puede asumir la integración de culturas y necesidades una enseñanza masificada?

Por último, escuche a las familias que hemos optado por la enseñanza pública. Pero hágalo pronto, porque quizá dentro de unos días, a lo mejor horas, será ya tarde.