Los inmigrantes y el Gobierno se reúnen sin llegar a ningún acuerdo

Los inmigrantes que la semana pasada promovieron el encierro de un millar de extranjeros sin papeles en la catedral de Barcelona se reunieron ayer con el subdelegado del Gobierno, Eduard Planells, sin llegar a ningún acuerdo. Minutos antes de la reunión, el delegado del Gobierno, Joan Rangel, ya había afirmado que no reconocía como interlocutores a los lideres de la Asamblea para la Regularización sin Condiciones y que las expulsiones de inmigrantes dictaminadas "no son negociables".

La reunión, que fue calificada de "trampa" por la portavoz de los inmigrantes, se produjo el mismo día que nueve entidades sociales y religiosas denunciaron en un manifiesto una "campaña de desprestigio" contra las personas que se encerraron en la catedral la semana pasada.

Entre los firmantes del manifiesto se encuentran SOS Racismo, Justícia i Pau, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona y Cristianisme al Segle XXI. Todas ellas consideran que la entrada de la policía en la catedral de Barcelona fue una muestra "desproporcionada de fuerza". Piden, además, la regularización de los inmigrantes sin papeles sin que se les exija una oferta de trabajo y que se paralicen las expulsiones decretadas a los extranjeros detenidos durante el encierro en la catedral.

Pero estas peticiones tienen muy pocas posibilidades de prosperar, según dio a entender el propio delegado del Gobierno antes de la reunión con los inmigrantes. "Las expulsiones no son negociables, pues hay que cumplir la ley", afirmó Rangel refiriéndose a los 17 inmigrantes sin papeles que salieron de la catedral de Barcelona con un expediente de expulsión abierto. Pero Rangel fue más lejos y afirmó que no consideraba interlocutores válidos a los promotores de los encierros. "Va a venir a la delegación gente que no son inmigrantes y que dicen que hablan por ellos, pero nosotros hemos intentado hablar directamente con los inmigrantes y nos hemos encontrado con un pacto de silencio", añadió Rangel.

Estas declaraciones encendieron a los miembros de la Asamblea para la Regularización sin Condiciones, puesto que Rangel las hizo antes de que su número dos, Eduard Planells, se reuniera con ellos. La portavoz de los encerrados, Norma Falconi, dijo: "Si no somos representantes de nadie no sé por qué nos han recibido".