Climent acusa a la Generalitat de "destrozar" la casa de Joan Fuster
La rehabilitación realizada por la Generalitat Valenciana en la casa donde vivió y murió el escritor de Sueca Joan Fuster ha disgustado enormemente al albacea del ensayista y presidente de Acció Cultural del País Valencia, Eliseu Climent, que ayer exclamó: "Ésta no es la casa de Fuster" tras entrar en la vivienda acompañando al presidente del FC Barcelona, Joan Laporta.
Climent, rodeado por la comitiva de Laporta que previamente había depositado una corona de flores en la tumba de Fuster, no tuvo reparo en acusar a la Generalitat de "haber destrozado la casa" con la reforma que finalizó en 2002. "Parece un almacén de naranjas, está para demolerla y volverla a hacer", señaló despues a los medios de comunicación.
Los autores del proyecto, Vicent Miragall y Vicent Meseguer, manifestaron en noviembre del 2002 al mostrar la reforma que "no hemos pretendido una construcción sentimental y castiza, sino darle una proyección más acorde con el espíritu de Fuster, que fue un intelectual práctico y con visión de futuro". Dos años después, el número 10 de la calle de Sant Josep carece de mobiliario y de instalación eléctrica, según denunció ayer el alcalde de Sueca, Salvador Gil.
Climent, en cambio, es partidario de "mantener el ambiente de la época", de ahí que aconsejara a los autores de la rehabilitación que previamente debieran haber visitado "los pequeños museos europeos" que se han habilitado "en casas bastante más reducidas que ésta". Para el albacea de Fuster, los arquitectos son "unos inconscientes" y "los que lo han permitido unos irresponsables". Su enojo le llevó a advertir que "lo mejor es cerrarla y devolverla al Ayuntamiento" para con posterioridad recaudar fondos con vistas a recuperar el espíritu y recrear el ambiente de una típica casa modernista suecana de mediados del siglo XX.
Doce años después de la muerte del ensayista todavía no hay acuerdo para poner en marcha la Fundación Joan Fuster entre la Generalitat de Catalunya, la Generalitat Valenciana, el Ayuntamiento, los albaceas y el heredero Josep Palacios.
