El alcalde gastará 68 millones en otros dos túneles
El paso de O'Donnell se alargará un kilómetro
Dos túneles más. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, anunció ayer que iniciará el próximo otoño la construcción de otros dos pasos subterráneos, que sumarán casi dos kilómetros de longitud y costarán 68,2 millones de euros. El primer túnel, que no estará terminado hasta el fin de la legislatura, discurrirá paralelo al que ya existe entre el paseo de la Castellana y la avenida de Pío XII; el segundo es, en realidad, la prolongación del túnel de O'Donnell -que ahora mide 300 metros y pasará a medir 1,3 kilómetros- para trasladar su boca de entrada desde la maternidad hasta la confluencia con la calle de Menéndez Pelayo. Debe estar listo en marzo de 2006. Además, la Concejalía de Urbanismo mejorará los enlaces del nuevo barrio de Sanchinarro con la M-40 -con un presupuesto de 10,8 millones- y construirá un sexto puente de 400 metros sobre la A-1, entre Sanchinarro y Las Tablas.
Los dos túneles que aprobó ayer la Junta municipal de Gobierno, y cuya ejecución saldrá ahora a concurso, están incluidos en el programa electoral del PP, dentro del proyecto de reforma de la M-30. Sin embargo, al quedar fuera del anillo propiamente dicho, no van a ser licitados y pagados por la empresa mixta Madrid Calle 30, sino directamente por el Ayuntamiento. Lo mismo ocurre con otro de los túneles anunciados por el alcalde hace unos días, bajo la calle de Bravo Murillo, y con uno más que aún no se ha presentado, el que unirá las avenidas de Ventisquero de la Condesa y de la Ilustración.
A eso hay que sumar los 15 kilómetros de túneles que se crearán con la reforma de la M-30, y el doble paso subterráneo, de 500 metros, que sustituirá al scalextric de Cuatro Caminos. Ruiz-Gallardón parece haber heredado el gusto del anterior alcalde, José María Álvarez del Manzano, por los túneles como fórmula para mejorar el tráfico y reducir los atascos.
- Castellana-Pío XII. Lo que aprobó ayer el gobierno municipal, más que un nuevo túnel es el desdoblamiento del que ya existe entre la Castellana y Pío XII. Ahora ese paso subterráneo tiene 802 metros y dos carriles por sentido; cuando acaben las obras, allá por marzo de 2007, se habrá quedado con tres carriles en un solo sentido (hacia Castellana) y tendrá otro túnel de 823 metros al lado, paralelo, con tres carriles en sentido Pío XII. Construir ese segundo túnel costará 42,9 millones, y el objetivo es terminarlo en 30 meses.
Ruiz-Gallardón afirmó que el plazo empieza a correr "a partir de hoy [por ayer], cuando se aprueba el proyecto", pero técnicos de Urbanismo puntualizaron después que los plazos de ejecución se cuentan desde el inicio de las obras, y eso ocurrirá "a finales de septiembre o principios de octubre". El alcalde inaugurará, por tanto, el túnel de Pío XII poco antes de las elecciones municipales de 2007.
Las bocas de entrada del nuevo paso subterráneo serán tres: una en la calle de Monforte de Lemos, otra en la de Sinesio Delgado y una tercera de conexión con el anillo de túneles que Urbanismo tiene previsto excavar bajo la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, en el paseo de la Castellana. Las obras de ese pequeño Azca tenían que haber comenzado el pasado marzo, pero están empantanadas porque no pueden iniciarse hasta que no estén listos los trabajos de cimentación de los cuatro rascacielos que van a levantarse allí. Como el grupo Vallehermoso, propietario de una de las torres, tiene paralizada su construcción, todo el proyecto está en vía muerta. Un técnico de la concejalía afirmó ayer que las obras del túnel de Pío XII irán a su ritmo y empezarán en octubre, pero que esa tercera boca de entrada podría tener que cambiar de ubicación si este segundo Azca se retrasa.
Las bocas de salida estarán casi en la conexión con la M-30, dos de ellas antes de la intersección con la avenida de Burgos y otra después. "El objetivo de esta obra es liberar la avenida de Burgos y la de Pío XII del tráfico de largo recorrido, el que sale de Castellana hacia la M-30", explicó un técnico. El túnel actual mantendrá su entrada junto a la avenida de Burgos, abrirá otra que salve esa intersección y saldrá, por el oeste, a Monforte de Lemos, Sinesio Delgado y la calle Daniel Vázquez Díaz.
- La maternidad se salva. Ruiz-Gallardón ya anunció hace tiempo que prolongaría el túnel de O'Donnell para cambiar de sitio su boca de entrada, que ahora está justo delante de la puerta del hospital Materno Infantil -conocido como maternidad de O'Donnell- inaugurado en octubre de 2003. Pero el proyecto presentado ayer supone en la práctica la construcción de un túnel nuevo, porque cuadruplica la longitud actual: de 300 metros pasa a 1.308. Tendrá su entrada en la intersección de O'Donnell con la avenida de Menéndez Pelayo, mientras que su salida seguirá, como ahora, justo después del cruce de la calle de Doctor Esquerdo, frente al Pirulí, de RTVE.
El paso subterráneo -que debe estar listo en 18 meses a partir de la fecha de inicio de las obras, en otoño- seguirá siendo unidireccional, en sentido salida de Madrid, y costará 25,3 millones.
- Enlaces de Sanchinarro. El Gobierno municipal aprobó también varias obras, éstas en superficie, para mejorar los enlaces del futuro barrio de Sanchinarro -donde vivirán 13.500
familias cuando esté terminado- con la M-40. De la glorieta que conecta las avenidas Niceto Alcalá Zamora y Alcalde Conde de Mayalde, en el interior del barrio, nacerán dos ramales que llevarán directamente a la carretera de circunvalación M-40; se construirá, además, un ramal de conexión entre Niceto Alcalá Zamora y la estación de cercanías de Hortaleza.
La M-40 será ampliada a cuatro carriles por sentido en el tramo comprendido entre los nudos de la A-1 y la M-607; y lo mismo ocurrirá en la M-11, que tendrá cuatro carriles desde la conexión con el ramal de entrada a Sanchinarro hasta la conexión con la calle de Arturo Soria. El plazo previsto para estas obras, que comenzarán en otoño, es de un año, y su presupuesto asciende a 10,8 millones.
- Puente sobre la A-1. El alcalde anunció, por último, la construcción de un túnel sobre la A-1 que unirá los barrios de Sanchinarro y Las Tablas. Tendrá 400 metros de longitud, dos carriles por sentido y aceras de cinco metros de anchura con un espacio para los ciclistas. Será el sexto puente sobre la A-1 en esta zona del norte de la capital. Aún no hay plazos ni presupuesto definidos, porque lo que hizo ayer la Junta de Gobierno fue aprobar inicialmente el proyecto.
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