Chipre impide el voto turco y Malta reabre el debate sobre su adhesión

Como si fueran antiguos miembros de la Unión, los dos nuevos socios del Mediterráneo votan también en clave interna. En Chipre, el vendaval del fracaso del referéndum sobre la reunificación de la isla del pasado 24 abril ha dado un portazo en las urnas a los turcochipriotas. Centenares de potenciales votantes se han visto excluidos del censo electoral, aunque posean el pasaporte de la República de Chipre, por no haberse podido registrar a tiempo. A pesar de las promesas del líder grecochipriota, Tassos Papadopoulos, entre los 59 candidatos a las seis actas de la isla en la Eurocámara sólo habrá el domingo un aspirante turcochipriota.

Malta, el país más pequeño de los Veinticinco, será previsiblemente el de mayor participación. Las encuestas predicen que más de dos tercios de los electores se movilizarán el sábado para reabrir el debate sobre la adhesión a la UE. El voto favorable a los nacionalistas en el poder servirá para ratificar el ajustado sí del referéndum de 2003, en tanto que cada papeleta de la oposición laborista se sumará al campo de los euroescépticos. Los ultracatólicos malteses han roto también viejos tabúes en la campaña europea al incorporar al debate político el divorcio y el aborto, todavía prohibidos en el archipiélago.