La batalla de Londres
La elección directa del alcalde de Londres es una de las batallas más apasionantes de estas elecciones. Hace unas semanas, la reelección del alcalde Ken Livingstone, el hombre que desafió y ganó al laborismo hace cuatro años, parecía asegurada. Paradójicamente, desde que Livingstone se reconcilió con el laborismo, empezó a caer en las encuestas. Ken el Rojo ha cimentado su liderazgo en el éxito del peaje urbano introducido hace algo más de un año para disuadir el uso del automóvil en el centro de Londres.
Pero su pragmatismo gestor no le ha impedido mantener su izquierdismo verbal. Livingstone se ha opuesto a la guerra de Irak y no tuvo inconveniente en llamar a los londinenses a manifestarse pacíficamente contra Bush. Hace unas semanas nada le impidió pedir que el presidente de EE UU fuera procesado como criminal de guerra. "Afortunadamente, Ken no es responsable de la política exterior", ha dicho Tony Blair.
El apoyo de Blair está perjudicando a Livingstone, dicen los expertos. El alcalde lideraba las encuestas hace un mes, con entre 9 y 14 puntos de ventaja sobre el candidato conservador, Steve Norris, y más de 20 sobre el liberal-demócrata Simon Hughes. Ayer, su ventaja sobre Norris era aún de 11 puntos, pero el complicado sistema electoral hace pensar que su victoria no es segura.
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