El fotógrafo René Burri se declara un "optimista incurable en tiempos terribles"

El fotógrafo suizo René Burri (Zúrich, 1933) participó ayer, en el Círculo de Bellas Artes, en el programa de PHotoEspaña 2004 con un diálogo con Hans-Michael Koetzle, redactor jefe de Leica World, sobre las imágenes de su vida, contenidas en la reciente monografía en español René Burri. Fotografías (Phaidon, www.phaidon.com). Ha retratado a personajes de la cultura y recorrido países y escenarios de destrucción y violencia, pero Burri se define con un "optimismo incurable" y pide responsabilidad a los fotógrafos en unos "tiempos terribles".

El estudio sobre Burri contiene 400 fotos en blanco y negro y 50 reproducciones de reportajes publicados en revistas como Life, Du, Paris Match, Jours de France, The Independent, The Sunday Times

Magazine, desde que en 1959 ingresa en la agencia Magnum por acuerdo de su núcleo duro (Capa, Chim, Cartier-Bresson). "Mi historia es una historia de la vida", declara. En 21 capítulos aparecen las imágenes de un recorrido por personajes y países, como Picasso, Le Corbusier, Alemania, Argentina, Iberoamérica, Brasil, Cuba, Pakistán, Vietnam, China y Japón. Una parte de estas imágenes forman una exposición que visita este año París, Berlín, Lausana y Nueva York.

El fotógrafo volvió a coger ayer su Leica M6 en cuanto vio pasar a manifestantes por un conflicto laboral delante de su hotel. "Pertenezco a un periodo de la fotografía en el que había que hacer varios papeles, por lo que había muchos burris. Con mi cámara, que es mi tercer ojo, tenía acceso a situaciones distintas. Al principio no me planteo hacer fotoperiodismo, pero la primera voluntad era mi propia curiosidad, las ganas de aprender, en un tiempo de muchos cambios en las revistas y la concepción de las imágenes", señala. Se declara un "autor" con influencias de la literatura y el cine. "Era un desafío constante. El fotógrafo es como un actor que interpreta distintos personajes. Tiene que ser camaleónico para crear su forma de moralidad y sus valores éticos".

Guarda de Picasso un recuerdo de gratitud al dejarle la enseñanza de ser "uno mismo", y entra también en los estudios de Le Corbusier, Giacometti y Niemeyer. "Siempre hay gente que tiene que ser subversiva, que busca cosas diferentes. Me interesa la gente visionaria, personas que construyen y tienen ideas". Junto a esta línea de creación, Burri traza otra línea de la realidad y la destrucción, "cuando se pierde la dignidad y la gente se vuelve salvaje". En sus fotos no hay cadáveres o violencia extrema, al preferir la parte "más absurda" del terror. "Estoy en contra de la guerra de Irak, y junto a las fotos de torturas me gustaría ver cómo vive la gente. El poder intenta manipular al fotógrafo, y eso es muy peligroso". Burri es conocido por sus fotos de Che Guevara (con un puro) y de Brasilia, pero tiene otras "no tomadas" (no quiso fotografiar a Greta Garbo anciana) que guarda en su memoria y en su corazón. "No soy un cazador fanático de fotos. Es como cazar un animal".