García Montero, Sabina, Grandes y Benítez Reyes abogan por IU para derrotar al conservadurismo

Luis García Montero, Joaquín Sabina, Almudena Grandes y Felipe Benítez Reyes. Son nombres de la cultura que siempre han sonado a izquierda. Por eso ayer, en un acto organizado por IU en la Facultad de Derecho de Córdoba, todos pidieron el voto a la coalición para derrotar al conservadurismo. Los artistas abogaron por una Europa laica y de la solidaridad en un salón de actos pequeño para las más de 400 personas que se agolpaban en el suelo y las puertas. El más activo en las intervenciones fue el poeta granadino Luis García Montero, número 9 de la lista de IU.

García Montero habló de la Europa laica, pública, de una Europa fuerte frente a la extrema derecha. Todos en el mismo barco, como expresó la escritora Almudena Grandes cuando le tocó hablar.

El debate, titulado Diálogos para otra Europa estuvo moderado por el parlamentario de IU, José Manuel Mariscal, que lanzó tres ideas para el debate: la idea de Europa, si existe Europa y si hay una cultura europea. Pero los participantes fueron un poco a su aire y todos rondaron la idea de que el voto útil ahora es el voto a IU. Después se sucedieron las preguntas del público.

Luis García Montero ahondó en la idea de que Europa es el escenario en el que desterrar la extrema derecha "que representa Bush" y las ideas "macroconservadoras de falsificación de la libertad" que, en su opinión, personifican "Bush y Aznar".

Aznar

Joaquín Sabina se mostró especialmente duro con el ex presidente español. Reconoció que optó por la "imbecilidad del voto útil", en referencia al PSOE, que para él sólo fue una manera para "echar al hijo de puta del bigote", espetó textualmente.

A renglón seguido, Sabina pidió que ese voto útil que "fue de IU al PSOE" el 14 de marzo "vuelva ahora a IU". Sabina justificó que, si la coalición de izquierda estuviera gobernando, "no mandaría a la policía a sacar a los inmigrantes de la catedral de Barcelona". Para Sabina, hay que llevar la izquierda a Europa para "gritar ¡Viva la República!". Y los aplausos envolvieron sus roncas palabras.

En unas elecciones europeas en las que se vaticina una escasa participación, García Montero reflexionó sobre el sentido del votar o no votar. Reconoció como normal que las "personas inteligentes, las que usan el sentido crítico, las que no se dejan manejar, se pregunten por la utilidad del voto porque los políticos están en descrédito y no han estado a la altura", expuso. García Montero consideró normal que estas personas piensen que son las grandes multinacionales las que "mandan y establecen". Pero frente a esto, incidió en que "renunciar es hacer el juego a las multinacionales". De ahí que pidiera la implicación de la sociedad en los comicios.

García Montero justificó su inclusión en el proyecto de IU en lo que llamó las "utopías modestas". En su opinión son "los derechos civiles, las políticas de igualdad y de emancipación o la ciencia libre de los intereses comerciales".

Para el poeta y narrador Felipe Benítez Reyes, "votar IU no es sólo útil, sino razonable". El escritor apostó por que Europa debe "abrirse para equilibrar los afanes integristas de EE UU". Y para él, "ese afán debe venir de la izquierda".

Además de las ansias belicistas, el papel de la religión marcó las intervenciones de los artistas. Luis García Montero abogó enérgicamente por una Europa laica y por el "derecho a que la Iglesia no interfiera". "Ya hay sacerdotes que dicen lo que es ciencia", apostilló.

"País anormal"

En este ámbito se movió Almudena Grandes, quien calificó a España como un "país anormal", en referencia a la obligatoriedad de la enseñanza religiosa. "El laicismo es una realidad europea", exclamó. La nota de humor y crítica ácida la puso Sabina, que en uno de los versos del poema que leyó se preguntó: "¿Por qué nunca dimite el Vaticano?".

Aunque poco espacio, el papel de la cultura en Europa también ocupó parte del debate. Felipe Benítez Reyes consideró que Europa está obligada a abrir espacio al "crisol de culturas y razas".

García Montero abogó por usar la cultura más como una herramienta de "integración que como fijación de señas que excluyan". Y rechazó la inclusión de la palabra cristiano en la Constitución europea porque "significa que quien no es cristiano, no es europeo".