La Junta replica a Arenas que es "falso" que el Gobierno del PP ofreciese 2.500 millones

El Gobierno andaluz anunció ayer que recibirá este año, de forma íntegra, los 2.500 millones de euros que el Ejecutivo central va a pagar a la comunidad por el sistema de financiación del periodo 1997-2001. Junta y Gobierno firmarán mañana en Madrid el acuerdo, que pondrá fin a un conflicto que empezó hace ocho años. El portavoz del Ejecutivo autonómico, Enrique Cervera, afirmó que es "falso" que el anterior Gobierno del PP ofertase a la Junta zanjar el conflicto por esta cantidad en los últimos años, como sostiene el presidente regional de los populares, Javier Arenas.

Mañana se reúne la Comisión Mixta de Transferencias Junta-Gobierno que servirá para enterrar el enfrentamiento que ambas administraciones han mantenido en los últimos ocho años, periodo en el que el PP ha estado al frente del Ejecutivo central. La comisión acordará el pago a Andalucía de los 2.500 millones de euros de la financiación y desbloqueará el traspaso de competencias a la comunidad con la transferencia de 12 materias, entre las que destaca la Confederación Hidrográfica del Sur.

El consejero de Economía, José Antonio Griñán, afirmó ayer en Córdoba que una vez que se formalice el pago, la Junta incorporará los 2.500 millones a los presupuestos autonómicos, elaborará "el proyecto de ley correspondiente" y distribuirá los recursos "a las funciones" que considere "más convenientes y más urgentes".

Griñán señaló que la mayor parte del dinero irá destinado a proyectos de inversión y otra parte a "mejorar la deuda a corto plazo" de la Junta de Andalucía y al pago a proveedores.

Desde Granada, el presidente regional del PP, Javier Arenas, insistió en sus críticas a la Junta por el acuerdo y anunció que hoy presentará en el Parlamento sus propuestas para los 2.500 millones se "inviertan y no despilfarren". "Cuando nosotros propusimos esa cifra los socialistas nos llamaron delincuentes", dijo ante el centenar de personas que acudieron al mitin que dio ayer en Granada.

Campaña electoral

Lo cierto es que cuando en la pasada campaña electoral el Gobierno bendijo la cifra de 2.500 millones propuesta por el PP andaluz para resolver el conflicto, la Junta aceptó de inmediato esta cantidad y pidió que el acuerdo se cerrase antes de las elecciones del 14 de marzo. En aquel momento, el Gobierno del PP empezó a dar largas y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, llegó a decir que era una cifra aproximada y que había que concretarla, siempre después de las elecciones.

Las declaraciones del dirigente popular fueron replicadas por el portavoz del Ejecutivo autonómico, Enrique Cervera, quien consideró "inverosímil y falso" que se diga que el el Gobierno del PP "persiguió" al presidente de la Junta, Manuel Chaves, para pagarle la deuda de la financiación y que éste no la aceptó. Cervera afirmó que el Gobierno autonómico no quiere "mirar atrás", pero añadió que no está dispuesto a "consentir maniobras para legitimar las injusticias del PP con Andalucía".

Desde Córdoba, el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarrías, auguró "una semana negra" para el PP, ya que "Andalucía recibirá el jueves los 2.500 millones que por derecho le corresponden gracias al trabajo de Zapatero", mientras que "el domingo, los populares perderán de nuevo las elecciones europeas". Zarrías pidió al dirigente popular que "haga una autocrítica por su trabajo en Andalucía" ya que "su discurso no tiene ninguna credibilidad", informa Europa Press.

Por su parte, Arenas habló de los "milagros" que la llegada de Zapatero al Gobierno han producido, según él, en Chaves. Uno de ellos, según Arenas, es que el presidente andaluz se oponga ahora al Plan Hidrológico Nacional. "Antes de las elecciones lo apoyaba y se fue a Almería a hacerse la foto", dijo. El segundo, según Arenas, son los 200 millones que la UE concederá a los agricultores tras la reforma de la OCM del aceite, el algodón y el tabaco. Arenas acusó a la ministra de Agricultura, Elena Espinosa, de no haber sabido negociar en Bruselas, y a Chaves de "callarse y aplaudir", tras el acuerdo que se alcanzó.