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Reportaje:

Chapapote en el Fluvià

Un vertido industrial de 25.000 litros de fuel deja pringados animales, plantas y rocas, y contamina 2,5 kilómetros de río

Un vertido de fuel de unos 25.000 litros ha contaminado y cubierto de chapapote 2,5 kilómetros del río Fluvià a su paso por los municipios de Beuda (Garrotxa) y Serinyà (Pla de l'Estany). El delegado de Medio Ambiente de Girona, Gabriel Jover, admitió ayer que es el peor episodio de contaminación ocurrido hasta ahora en aguas fluviales de Girona y no descartó que, tras la acción de los camiones cuba que extraen el fuel del agua, el alquitrán que pringa las orillas del río deba limpiarse manualmente como se hizo en las costas gallegas en el caso del Prestige. La contaminación de la fauna y la flora es segura y ayer ya fueron avistadas aves afectadas por el vertido y con el plumaje totalmente negro. Jaume Solà,director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), dijo que no hay "ninguna duda" de que la culpable del vertido es la papelera Confirel, que admitió de inmediato su responsabilidad. La Generalitat denunciará a la empresa ante la Fiscalía de Medio Ambiente una vez reunida la documentación necesaria.

Fue la empresa la que inició ayer a las 8.00 horas los primeros trabajos para contener el vertido y a las 9.40 horas lo comunicó a la ACA en Girona.

El inicio de la contaminación se sitúa en un canal adyacente a la empresa que, unos 800 metros río abajo, desagua en el Fluvià. Según la ACA, tanto el canal como 2,5 kilómetros del Fluvià han quedado totalmente afectados por la contaminación, que tendrá efectos ecológicos "muy graves". La cantidad de peces muertos no se ha podido determinar a causa de la turbiedad de las aguas.El vertido se originó en una cuba de fuel de la planta de cogeneración de energía anexa a la fábrica, que se desbordó a causa del fallo de dos niveles que controlan el llenado de otros tanques de menor capacidad, según admitió JoanVila, administrador de la empresa. Vila, sin eludir la responsabilidad de la empresa, lanzó duras críticas a la "desorganización escandalosa" y a la "gran lentitud" de la Administración a la hora de actuar sobre el terreno. El gerente, que recordó que fue la propia empresa la que proporcionó las primeras cubas y puso a sus trabajadores a contener el vertido, asegura que la planta que suministra energía a la papelera tenía un fallo en su diseño que no preveía un accidente como el que tuvo lugar. "Se hubiera evitado con un simple tubo que volviera a llenar el tanque principal cuando los pequeños rebosaran", admitió.

Medio Ambiente envió dos furgonetas provistas de barreras de contención y cubas de succión para intentar contener el vertido y evitar que se expandiera. Un helicóptero buscaba y fotografiaba ayer por la tarde desde el aire las mayores manchas de fuel y comunicaba su situación a los vehículos cuba -comúnmente denominados chuponas- para su extracción. El succionamiento del fuel, mezclado con agua, llenaba rápidamente los tanques. En otras cubas mayores se procedía al decantamiento del hidrocarbuo para separarlo del agua y trasladarlo a una planta de tratamiento de Barcelona.

"Pedagogía"

Los esfuerzos para contener el vertido se centraron en la central hidroeléctrica de Serinyà, que captó el máximo caudal de agua para evitar que el vertido desbordara su dique de contención. La brisa ayudó a mantener lejos de esa zona el fuel. Jaume Solà explicó que el ACA está dispuesta ha hacer "pedagogía" denunciando casos como el de ayer. "No somos la mujer de la limpieza que limpia el río cuando alguien lo ensucia", añadió.

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El ecólogo Dani Boix, de la Associació de Naturalistes de Girona (ANG), explicaba que no existen en Cataluña precedentes de vertidos de fuel tan importantes en un río. "Es una pequeña catástrofe, aunque no pueden anticiparse los efectos nocivos que tendrá sobre la vida acuática", añadía de manera tranquilizadora. Boix mantiene que el buen caudal del río será un atenuante de la contaminación, que hubiera sido mucho peor de producirse con un caudal mucho menor. Boix opina también que quizá será necesaria la limpieza manual de los márgenes de río. "Si en Galicia se limpiaba a mano es porque no existen métodos alternativos", precisó.

Colectivos ecologistas manifestaron la necesidad de actuar con contundencia y exigir responsabilidades. Boix aseguró también que ha llegado el momento de que alguien se pregunte cómo es posible que en la orilla de los ríos existan peligros ecológicos tan graves.

Un operario retira chapapote con una pala en el río Fluvià y lo deposita en un contenedor.
Un operario retira chapapote con una pala en el río Fluvià y lo deposita en un contenedor.EFE

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