A vueltas con el mundo global

Han pasado cuatro años y medio desde que las calles de Seattle se convirtieron en el escenario de una batalla campal. El 30 de noviembre de 1999 la Organización Mundial del Comercio inauguró la llamada Ronda del Milenio con ruido de sirenas y olor a gases lacrimógenos. Aquel día, una alianza plural de manifestantes firmó la partida de nacimiento del Movimiento Altermundista. Desde entonces se ha publicado una cantidad apabullante de libros que denuncian la globalización y elogian a los grupos críticos.

La mayor parte de esos libros tienen un carácter introductorio. Están dirigidos a simpatizantes sin vinculaciones orgánicas. Responden a un esquema recurrente: primero se detalla la preocupante situación del mundo. Luego se identifica a los culpables, entre los que destacan las empresas trasnacionales, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio. Por último, se presenta un breve inventario de los grupos de oposición al régimen neoliberal. Aquí, según las simpatías del autor, se privilegia a los más combativos, como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil, o a los más pacíficos, como aquellos de origen cristiano que exigen la condonación de la deuda externa.

Los nuevos amos del mundo, de Jean Ziegler, pertenece a esta categoría de libros introductorios. No es, desde luego, el primero ni será el último. Su autor, profesor de universidad y comisionado de las Naciones Unidas, cuenta con un gran prestigio como comunicador. El libro resultará interesante a quien se acerque al tema por primera vez y esté dispuesto a tolerar un nivel analítico de grueso calibre. Frases como "quien muere de hambre es víctima de un asesinato" se sirven así, a secas, sin entrar a considerar las implicaciones morales de una afirmación tan demagógica. Poco provecho encontrará el lector en afirmaciones como "los laboristas británicos y el SPD se convirtieron en partidos reaccionarios, buscando a toda costa la aprobación de los señores del Imperio americano" si pretende comprender, por ejemplo, algo de lo que ocurre en Irak.

Estaría bien que, ahora que el movimiento se acerca al lustro de existencia, los autores que simpatizan con la causa empezaran a escribir sobre otras cuestiones. Como el futuro del propio movimiento ante sus problemas de legitimidad y de división interna. O el futuro de la protesta cuando los derechos civiles se recortan con la excusa de luchar contra el terrorismo.