¿Y ahora, qué?

La regresión a la que ha sido sometido el medio rural andaluz en los ocho años de gobierno del PP ha tenido su último episodio en la aprobación de las OCM mediterráneas. Tras casi dos años de negociaciones en los que los populares han sido responsables del ejecutivo central, el acuerdo alcanzado en este asunto ha resultado insuficiente para las aspiraciones de España y para los intereses de nuestros agricultores.

Y todo por la falta de planificación por parte del anterior ministro de agricultura, Arias Cañete, que siempre anduvo más preocupado por dividir a las Comunidades Autónomas de cara a la negociación ante Bruselas que de ofrecer cohesión y una sola voz de todos en el Consejo de Ministros.

Otros episodios de abandono al campo andaluz en materia agraria que hemos dejado atrás con el gobierno del PP han sido la Cumbre de Cancún o los fatídicos meses en los que el ejecutivo se empeñó en eliminar el subsidio agrario a los jornaleros andaluces. Fruto de ello han sido ya los 70.000 eventuales agrarios que, en sólo un año y medio, han dejado de percibir esta prestación social a causa de las nuevas trabas e impedimentos que los populares pusieron a estas coberturas sociales. A esto, además, habría que unir los 2.500 jornaleros menos que cada semestre admite la renta agraria en comparación con los que se acogían al subsidio.

Y todo ello sin tener en cuenta la congelación sistemática de los fondos PER que, a estas alturas, ya han dejado de inyectar al medio rural andaluz casi cuatro millones de jornales y 144 millones de euros entre 1999 y 2003.

En la coyuntura actual que se presenta con la reforma de las OCM mediterráneas, el nuevo presidente del gobierno ya anunció el pasado sábado que se establecerán planes de reactivación económica y social para paliar los efectos de las reformas comunitarias y que estas acciones se llevarán a cabo con la Junta de Andalucía. Casi simultáneamente, el todavía consejero de agricultura, Paulino Plata, presentaba un plan de choque desde su Consejería para salvar el 85% de la superficie de algodón que actualmente existe en Andalucía.

Paralelamente a estas iniciativas de urgencia, desde los gobiernos central y autonómico también se trabaja ya en líneas estratégicas que devolverán al medio rural andaluz las garantías necesarias para seguir creciendo y ofreciendo servicios de calidad a sus ciudadanos.

En esta nueva etapa, la gran piedra angular del crecimiento del medio rural andaluz seguirá siendo la diversificación económica de nuestros pueblos y comarcas. Hay que seguir reivindicando las oportunidades que se merece nuestra agricultura y, a la vez, ofrecer a los habitantes del agro andaluz otras acciones en las que basar su actividad empresarial.

Eso es precisamente lo que están haciendo a diario los grupos de desarrollo rural que gestionan los programas LEADER y PRODER que financian iniciativas novedosas que abran el abanico de posibilidades en el medio rural.

Si en los próximos años, con una participación activa de los emprendedores y de la sociedad civil en general, conseguimos conjugar los 1.080 millones de euros en inversión que generarán estos programas europeos con los casi 1.200 que se recibirán en fondos PER, la economía rural andaluza superará con éxito el reto de la globalización y cumplirá con creces el reto de la Segunda Modernización de Andalucía.

Ahora es el momento de alcanzar un acuerdo entre todas las administraciones implicadas para convertir las políticas de desarrollo y de diversificación económica en herramientas de futuro para todos los municipios de Andalucía.

Fernando Rodríguez Villalobos es secretario de Desarrollo Rural y Agricultura del PSOE-A