Tres libros de humor y un mitin
Máximo, Peridis y Mingote presentan sus viñetas con Felipe González
Fernando Delgado dijo que estos tres caballeros no sólo cuentan lo que pasa en la calle, sino que también explican lo que pasa por la mente humana. Su frase sirvió para resumir la idea que inspira la nueva colección de humor de la revista El Jueves, que se puso ayer de largo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con la presentación de los tres volúmenes de tres genios de la viñeta política diaria. Máximo, Mingote y Peridis han reunido en esos libros sus mejores dibujos de los últimos tiempos, y el resultado son "tres obras muy bonitas" (Peridis), "que tratan de decir lo que queda por decir cuando acaba de oírse la versión oficial" (Máximo), "y que reflejan que todos los tiempos son malos, pero tampoco tanto" (Mingote).
El acto, atestado de gente, se vivió entre las carcajadas y las cargas de profundidad política. Peridis contó que su libro resume ocho años de Aznar y animó a guardar unos segundos de silencio "para pensar de la que nos hemos librado". Máximo hizo un elogio del silencio para explicar su rechazo de las palabras baldías, y Mingote se declaró orgulloso de compartir la colección con sus compañeros de oficio, aunque advirtió que su sordera le impedía entender nada de lo que se estaba diciendo.
Peridis se puso serio y citanto un dibujo sobre Gaza de El Roto, que estaba en la sala, dijo que "estamos viviendo un momento criminal, en el que las democracias están cometiendo los mayores horrores en nombre de nuestra cultura". Eso dio pie a Felipe González para reivindicar que el humor es una cosa muy seria y muy compleja y enfrascarse en un mitin sobre "la crisis internacional más extraña, impredecible y grave" que ha conocido.
"Estamos en un lío del que nadie sabe cómo salir. Los que nos metieron en él no saben cómo sacarnos. Siento una solidaridad de fondo por EE UU y no confundo a este país con Cheney, Rumsfeld o Halli Burton, pero debemos entender una cosa: todas las patadas que les den a los americanos nos las van a dar en nuestro culo. No hay refugio ni fronteras, y 3.000 millones de espectadores están viendo lo que está pasando. Ese semillero de violencia futura no tiene solución fácil".
En un tono llano y directo, González ironizó sobre la intervención española en la guerra: "Algunos dicen que volver de allí supone perder nuestro relevante papel internacional. ¿De qué relevancia hablan? ¡Pero si no fuimos a la guerra! Llevamos un barco para curar heridos y encima llegó tarde. ¡No era un barco, era una patera! Declaramos la guerra como si fuéramos a entrar allí con 40 divisiones de combate y Ana Palacio al frente para capturar a Sadam, pero sólo teníamos una patera. ¡El Ejército se había quedado agotado en Perejil!".
El ex presidente señaló para terminar que el petróleo ha sido la única razón de esa guerra: "Sadam era el único violento de ese país y hoy hay 50 grupos violentos. Pero ya ven cómo sube el petróleo: nunca las compañías petroleras han ganado tanto como ahora. Y ese rollo que nos cuentan de imponer la democracia con tanques... Eso de que quieren que los iraquíes voten libremente... ¿Y si gana un ayatolá? Ah, pues entonces no vale".
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