Escuela de verano
Estoy completamente de acuerdo con la carta a EL PAÍS del viernes 28 mayo de Mª Carmen Barreiro Ruiz en la que denuncia la falta de solidaridad hacia unos niños que acudían cada verano al colegio público Miguel Hernández de Valencia. Mi hija, María Bort Ortega, estudiante de Magisterio ha sido una de las monitoras que ha atendido a esos niños, voluntaria y desinteresadamente.
Este próximo verano ya no podrá hacerlo. Los niños no acudirán. No hay recursos económicos para ellos.
Señorita Rita, espero que sepa Ud. elegir el traje del color adecuado para poder ir a ver de cerca a estos niños que son tan reales como las bodas y Copas Américas y se conformarían con unos minutos de atención, una poquita subvención y pensarían en usted con la mejor de sus sonrisas. Piénselo. De mayores, votarán.
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