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García Marcos permite aprobar las cuentas contra las que ella misma presentó alegaciones

El Ayuntamiento de Marbella aprobó ayer, de una tacada y con siete años de retraso, las cuentas generales de cinco ejercicios, desde 1997 a 2001, periodo en el que Jesús Gil fue alcalde. La ex concejal del PSOE, Isabel García Marcos, se abstuvo en la votación, a pesar de que ella misma presentó numerosas alegaciones y reparos en contra de las citadas cuentas en junio de 2003, cuando era portavoz socialista. La propuesta salió adelante con los votos a favor de 11 ex ediles del GIL, seis en contra de populares y socialistas y ocho abstenciones, entre ellas las los tres concejales expulsados del PSOE y los tres andalucistas, partido que también se mostró en contra cuando estaba en la oposición.

"Pretendemos acabar con unos años que pertenecen al pasado", insistió García Marcos, quien abogó por seguir la tramitación de las cuentas a través de su aprobación por el pleno. Según García Marcos, "en este momento, a la población de Marbella lo único que le interesa de lo que pasó con las cuentas de 1997 es lo que diga el Tribunal de Cuentas".

PSOE y PP criticaron duramente este cambio de postura. "Ha cambiado su voto y su filosofía. Ha defendido las cuentas, pero como le ha dado vergüenza ha querido taparlo con una abstención", dijo el portavoz socialista, Silvestre Puertas. "Demuestra un anacronismo y una total falta de coherencia", añadió la concejal del PP, Francisca Caracuel.

El Tribunal de Cuentas sigue fiscalizando la gestión económica de esos cinco años, durante los que se transfirieron más de 210 millones de euros a las sociedades municipales. Este dinero escapó al control de la oposición, que no tiene acceso a las empresas creadas por Gil y Gil. Su aprobación, por parte de Yagüe, impedirá conocer que ocurrió con esos millones de euros. "La cuestión es dónde ha ido a parar ese dinero y en qué se ha gastado", señaló Puertas.

Francisca Caracuel lamentó que no se hayan realizado las auditorias prometidas por el equipo de gobierno de Marisol Yagüe después de relevar a Julián Muñoz. Explicó Caracuel que el presidente del Tribunal de Cuentas señaló que no se había ejercitado la función de control financiero de las sociedades y recordó que el propio interventor municipal dijo en un informe que las auditorías realizadas no controlan ni daban fe de los principios reguladores de estas empresas, que se le habían negado medios materiales y humanos para su control y que no se aportaron las cuentas de más de media docena de sociedades.

"El PP nunca va a informar favorablemente del borrón y cuenta nueva de unas cuentas que han manejado millones de euros", insistió Caracuel, quien pidió que se dejasen sobre la mesa y se realice una auditoría.

Sobre las licencias impugnadas, Yagüe afirmó: "No vamos a gravar al Ayuntamiento con indemnizaciones que no va a poder pagar nunca ni se van a demoler edificios".

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