Osama Bin Laden, 'socialista' y 'demócrata'
Bush y sus colaboradores creen que un atentado les permitiría ganar las elecciones en EE UU
"Lo asumimos: habrá un ataque aquí en la recta final de las elecciones", dijo un alto cargo de la Administración de Bush, según la columna Susurros de Washington del 24 de mayo que publica el semanario US News & World Report. "Puedo decirle una cosa: nosotros no seremos como España", añadió el funcionario. La noticia sobre un nuevo atentado de Al Qaeda circulaba hace semanas. Pero los grandes periódicos no se hicieron eco por temor a una manipulación. El pasado miércoles, día 26, The Washington Post informó de que la Administración de Bush espera un próximo ataque durante el verano.
Esa misma tarde del 26, los responsables de la lucha antiterrorista dijeron en rueda de prensa que existen datos de carácter genérico -"no específicos"- sobre un atentado de Al Qaeda en Estados Unidos en los próximos meses. En el verano o el otoño, cuando se celebran las elecciones presidenciales del martes 2 de noviembre. El anuncio sobre un nuevo atentado tiene lugar en el peor momento de la presidencia de George W. Bush. Tanto por la situación crítica en Irak como por la falta de percepción de los ciudadanos sobre el mayor vigor de la economía.
Los ataques del 11-M en Madrid están muy presentes en los círculos de Washington. El ex presidente del Gobierno español José María Aznar, en su reciente visita a Los Ángeles y Washington, removió el avispero al subrayar las consecuencias políticas de los atentados. En España, Aznar ha dicho, casi mordiéndose la lengua, que el atentado tuvo alguna influencia; en el exterior dice que ha sido el factor decisivo.
Fue el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien explicó lo que Aznar le había dicho en un almuerzo que acababa de mantener, el pasado 17 de mayo. En un coloquio realizado después de esa comida en la Heritage Foundation, según se lee en la transcripción difundida por el Pentágono, preguntado Rumsfeld por la relación entre Irak y la guerra contra el terror, el secretario de Defensa señaló que lo esencial de Irak es esa guerra contra el terror y aludió a los atentados de Madrid.
Alguien del público preguntó: "Me gustaría saber si el señor Aznar expresó alguna idea sobre su derrota, y cuáles son sus pensamientos sobre el pueblo español al haber capitulado frente a los terroristas en la elección de su rival". ¡Toma castaña!
Rumsfeld señaló: "Él está decepcionado con la decisión adoptada por sus sucesores
[retiro de las tropas de Irak]. Él cree que lo que se ha hecho en Irak es correcto. Tiene pensado escribir, y elevar su voz para animar a los países de Europa y al mundo a reconocer que sencillamente no podemos permitir a los terroristas determinar el resultado de las elecciones. Y él cree profundamente que eso es exactamente lo que pasó en España y piensa que eso es lo que los terroristas van a intentar hacer en otros países durante los próximos meses".
John Ashcroft, fiscal general de EE UU, explicó el miércoles 26: "Las bombas en los trenes de Madrid han sido percibidas por Bin Laden y Al Qaeda como un avance de su causa. Pueden creer que un gran ataque en EE UU este verano o en el otoño conducirá a consecuencias similares".
Pero Bush tiene un diagnóstico opuesto al de Aznar. Tanto Aznar como Mariano Rajoy tenían en José Luis Rodríguez Zapatero un rival que se opuso a la guerra y que exigía la retirada de las tropas de Irak. La alternativa a Bush es el demócrata John Kerry, que apoyó la guerra y no pide la retirada de tropas. Bush y sus colaboradores creen, pues, a diferencia de Aznar, que un atentado les permitiría, como ocurrió después del 11-S, ganar la elección de calle. Aznar, precisamente, avizoraba tal escenario cuando aseguraba contra toda evidencia que ETA era responsable de la masacre del 11-M.
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