En peligro una industria histórica con 400 empleados

El acuerdo alcanzado en Bruselas sobre el futuro de Alstom salpicará a la factoría que la multinacional tiene en Albuixec (Valencia), el único centro en España que en principio se verá afectado. Alstom anunció ayer que pondrá en venta su planta valenciana, donde trabajan 400 personas. Una decisión aún sin plazos.

La futura venta cierra un capítulo de 13 años de historia. En 1991, Alstom adquirió Meinfesa, antigua Macosa (Material y Construcciones, SA), una firma metalúrgica emblemática en la Comunidad Valenciana, que en los años sesenta llegó a emplear a 1.600 personas. Macosa nació a mediados de los años cuarenta y se convirtió en una gran empresa metalúrgica que, dos décadas después, se especializó en material ferroviario. Unos años más tarde de que Alstom comprara la antigua Macosa se produjo el traslado industrial a Albuixec.

El comité de empresa mostró ayer, tras conocerse las intenciones de Alstom, que su máxima preocupación ahora es el "mantenimiento del empleo" y las garantías industriales. El presidente del comité de empresa, David Verdoy (CC OO), explicó que la planta tiene carga de trabajo para más de dos años. La factoría está rehabilitando locomotoras para Renfe, a punto de empezar la construcción de diez unidades para el tranvía Alicante-Altea y, en menor medida, construye locomotoras para Israel, Egipto o EE UU, entre otras. Verdoy insistió en la rentabilidad de la planta y consideró que los trabajadores del centro son "los perdedores de toda esta historia". Al cierre de esta edición, el comité de empresa de la planta valenciana estaba reunido con el presidente de Alstom España, Antonio Oporto.

La Generalitat Valenciana se mostró ayer cauta. El consejero de Industria, Miguel Peralta, dijo que estará "pendiente" de que la decisión de vender la planta "tenga una buena salida".

Hace un año Alstom acordó la venta de los terrenos en los que se ubica su factoría al grupo inmobiliario Ballester. La operación, por 20 millones de euros, se concretó con el sistema de sale & lease-back, adquisición y posterior arrendamiento, con un plazo de 10 años prorrogable a otros cinco. La operación desató temores sindicales de que fuera el primer paso para la marcha de la firma.