"La empresa debe ser la primera interesada en acabar con el 'mobbing"

Iñaki Olaizola, médico del trabajo y técnico superior en prevención de riesgos laborales, es uno de los autores de la primera guía sobre el mobbing (acoso laboral) que ha publicado Osalan para prevenir y poner freno a esta práctica que afecta a un 3% de los trabajadores. El texto, titulado El acoso moral en el trabajo. Evaluación, prevención e intervención, pasa revista a los factores relacionados con el mobbing. Una de sus principales novedades es la inclusión de varios cuestionarios sobre conductas y factores psicosociales con el fin de identificar y reducir el acoso.

Pregunta. ¿Para que sirve la guía?

Respuesta. Es la primera publicación de Osalan sobre acoso moral en el trabajo. Tiene tres partes fundamentales: descripción del mobbing; evaluación y prevención. El objetivo del libro es incidir en la prevención. Hemos intentado concretar lo más posible, porque no es lo mismo prevenir en una multinacional que en una empresa pequeña.

"Todavía hay parte de la sociedad que piensa que estas conductas no son reprochables"

P. ¿Cómo se previne el acoso?

R. Hemos hecho hincapié en la prevención primaria, es decir, antes de que se produzca. El primer paso es que las empresas asuman que el mobbing es una conducta intolerable. Es la propia empresa la que debe reconocer que es un problema, y decidir que en su organización no va a suceder, porque el segundo escalón es pensar que también es un problema para el mundo del trabajo. Por eso, la empresa debiera ser la principal interesada.

P. ¿Cree que los empresarios y la sociedad en general lo están?

R. Es verdad que todavía hay parte de la sociedad que piensa que estas conductas no son reprochables. Esos que dicen: "Si el jefe me eche broncas, es lo normal". Pero hay que decir que lo es sólo hasta cierto punto. Además, hay otra gente que lo justifica argumentado que el acosador es alguien con problemas, en fin, que no hay que tomarle mucho en cuenta. El acoso siempre se produce con el silencio de los compañeros o de otros jefes.

P. La guía propone elaborar planes en las empresas para proteger al trabajador.

R. Hay pocas experiencias. El convenio más conocido es el que estableció la Organización Internacional del Trabajo, como empresa, con sus trabajadores. Ello permite dos premisas preventivas básicas: informar a los trabajadores, que sepan que el mobbing puede ser denunciado, y ante quién deben hacerlo y cómo. Si en la empresa existe un procedimiento, propiciará cortar el conflicto en una fase mucho más temprana y servirá de cortapisa para los que tengan tentación de ejercer acoso. Muchas veces se ejercen conductas pensando que no van a tener ninguna consecuencia, pero, ¿y si está escrito que puede haberlas?

P. ¿En qué consistiría ese catálogo de comportamiento?

R. Lo más difícil de todo el proceso es quién va a realizar la investigación. Nosotros propugnamos que sea alguien de la empresa. El problema es que, teniendo en cuenta que generalmente el acoso viene desde los jefes, esa función de neutralidad e independencia de actuación es complicado. Dentro de nuestro ámbito, la UPV ha firmado un convenio de este tipo y ha creado la figura del Defensor universitario, que puede asemejarse al Defensor del Pueblo. Es una buena figura.