_
_
_
_
VISTO / OÍDO
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Reconstituyentes

Habló ayer el presidente del Gobierno con el jefe de la oposición. Le va a recibir frecuentemente: el cacique Aznar no lo hacía. Mejor: pero hay que advertir que en España no hay "jefe de la oposición". En Gran Bretaña, sí; y tiene sueldo, y gobierno "en la sombra". Aquí está en la oposición cada partido que no gobierna. Además, el supuesto "jefe de la oposición" es Rajoy: nadie. Tal como aparecen las cosas, es uno de los errores en cadena de Aznar desde que tuvo la mayoría absoluta y se apoderó del todo de su partido. Fue un error anunciar su retirada, y nombrar por su augusto a su sucesor: Rajoy no supo serlo. Pasa en estos partidos donde los prohombres se crean a imagen y semejanza del dios que los hace. Llevó mal la campaña electoral, mimetizó a su dios; no reaccionó al golpe de Atocha, buscó el enemigo donde no estaba, culpó a los inocentes, y no ha sabido ser parlamentario agudo en los pocos días de la oposición. Será quizá condenado en el próximo congreso del PP: pero la verdad es que condenados están todos. Va ser difícil que les salga otro caudillo: tienen que pasar por un largo purgatorio. Pero está bien que Zapatero le reciba: por lo menos, da una sensación de persona normal, capaz de seguir siéndolo a pesar del inmenso poder que tiene.

Para reformar la Constitución y para todo lo demás tendrá que recibir también a los jefes de los otros partidos: escuchar él, que eso sí que es una innovación, y además atender. Pero ¿para qué está el Parlamento? ¿No es allí donde se debe exponer todo y discutir y votar? Pero el coso donde se lidia la vida está falseado: los partidos son de hombres fundamentales, las listas son cerradas, los portavoces llevan la voz de todos, y los pactos se hacen fuera. Algo que habría que reconstituir. Como lo demás. La Constitución es débil y toma la forma del recipiente que la contiene: Aznar la hizo suya. Se dice que la democracia es el imperio de la ley sobre los hombres; pero la ley la hacen los hombres, y sobre todo uno, con lo cual Aznar podía decir -es lo que decía: y lo que dice Bush y otros autócratas- que la democracia era él. Y la historia. Y la Constitución. Lo que Zapatero intentaba ayer es reducir la personalidad del gobernante-dios; alternar. Pero, una vez más, cuidado con los pactos: sólo puede pactar con el pueblo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_