Trulli frena el dominio de Ferrari
El italiano gana una accidentada carrera, en la que Alonso y Michael Schumacher abandonaron tras dos polémicas salidas
Había que mirar muy lejos para no encontrarse a un Ferrari en lo más alto del podio. Desde que Fernando Alonso ganó en el Gran Premio de Hungría, el pasado agosto, ninguna otra marca había ganado una carrera. Michael Schumacher se había impuesto en Monza e Indianápolis y Rubens Barrichello en Suzuka en las tres últimas pruebas del pasado ejercicio. Y esta temporada la dictadura de los bólidos rojos se había extendido con cinco triunfos consecutivos del alemán y tres dobletes. Hasta ayer, en Montecarlo.
La carrera más difícil del campeonato, la más vista internacionalmente, fue también la que supuso el final de un predominio tan apabullante. El italiano Jarno Trulli y el excelente trabajo realizado por la escudería Renault fueron los responsables de que Schumacher no pudiera cuadrar su objetivo de establecer un nuevo récord de victorias consecutivas en el inicio de un campeonato y de que el legendario brasileño Ayrton Senna se mantenga en solitario como el que más veces ha ganado en Montecarlo: seis.
El alemán, líder circunstancial, fue empujado hacia los raíles por Montoya
El asturiano salió del túnel con el coche descontrolado y dando tumbos
Fue un día grande para Trulli. No sólo ganó su primer gran premio de F-1, tras haber logrado su primera pole position, sino que durante la carrera tuvo ocasión de demostrar toda la calidad de pilotaje que atesora y que ha sido cuestionada tantas veces en los últimos años. "Había esperado durante tanto tiempo que eso ocurriera y se ha producido en el mejor gran premio. Incluso con Michael Schumacher en carrera, creo que habría ganado", confesó.
Montecarlo volvió a imponer su ley. La carrera estuvo marcada por los incidentes y acreditó las dificultades que siempre plantea un circuito urbano. Antes de empezar, se paró el McLaren de Coulthard y hubo que esperar cuatro minutos antes de dar la salida. Cuando el semáforo se puso verde, se produjo un momento espectacular: Trulli, que salía en la pole, y Alonso, que partía desde la segunda línea, cogieron la cabeza, perseguidos por los dos BAR Honda de Jenson Button y Takuma Sato, y dejaron a Michael Schumacher en una insólita quinta posición.
Sin embargo, la rotura del motor de Sato en la tercera vuelta originó una enorme humareda en la que quedaron atrapados Coulthard y Fisichella. El coche de seguridad entró en la pista. Cuando la abandonó, prosiguió el claro dominio de los dos Renault, que tomaron incluso cierta ventaja sobre sus perseguidores. Las entradas en los boxes modificaron esporádicamente la clasificación. Alonso fue líder en la vuelta 24ª y Schumacher le tomó el relevo en la siguiente, cuando el español entró en los talleres.
Sin embargo, todo dio un vuelco espectacular en la 42ª vuelta, cuando Alonso intentó doblar a Ralf Schumacher en el túnel por la parte izquierda y salió de él con el coche descontrolado, dando tumbos y chocando con los raíles de ambos lados de la pista. Fue una decisión equivocada, producida en parte por su falta de experiencia y también generada por las malas artes del alemán, que ya tuvo problemas con él en Imola.
"Tenía que intentar pasarle rápidamente porque no quería perder tiempo con relación a Trulli", explicó el español, que tachó a Ralf de "idiota"; "si me mantenía a dos o tres segundos de él, tenía opciones de jugarme la carrera en la segunda parada en boxes".
El accidente produjo una nueva entrada del coche de seguridad, y fue entonces cuando ocurrió lo más inverosímil: Michael Schumacher, entonces líder circunstancial (46ª vuelta), fue literalmente empujado hacia los raíles por Montoya y la parte delantera de su coche quedó hecha un cuadro: perdió los alerones y la rueda izquierda quedó perpendicular a la otra, aguantada sólo por los cables de seguridad. En estas circunstancias el alemán llegó a los talleres, pero tuvo que abandonar.
"Lo único que intentaba era acelerar y frenar para poder mantener la temperatura de los frenos y los neumáticos", explicó el piloto de Ferrari; "sé que Montoya no lo ha hecho voluntariamente, pero me ha impedido acabar la carrera. Aceptaré la decisión de los comisarios que estudian el caso. Sin embargo, creo que hoy tampoco habría ganado".
Trulli, de 29 años de edad, se convirtió en el primer italiano que gana en Montecarlo en lo que supuso la confirmación de una progresión que ya se había anunciado hace dos semanas en Montmeló, donde dominó parte de la carrera y acabó el tercero.
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