El coste de la guerra de los 'precios bajos'

La denominada guerra de los precios bajos, librada desde el pasado mes de octubre por los supermercados holandeses a instancias, sobre todo, del mayor de ellos, Albert Heijn (marca señera del grupo Ahold), empieza a cobrarse víctimas reales. Y lo hace en forma de despidos entre el personal de las firmas menos poderosas, como Laurus, dueña de los establecimientos Edah, Super de Boer y Konmar, que ha anunciado la desaparición de casi 1.300 empleos, un 14% de su plantilla.

Laurus, propietaria de los establecimientos Edah, Super de Boer y Konmar, suprimirá unos 1.300 empleos, un 14% de su plantilla

Los sindicatos han lamentado la pérdida de trabajos de manera bien gráfica: "El personal paga la cuenta de la reducción de precios". Los analistas apuntan que se trata de una situación irreversible porque, para los comerciantes, el cliente siempre manda. Y en este caso espera, además, llenar la cesta de la compra al mejor precio posible.

El enrarecido clima económico holandés, al que los expertos no ven de momento salida, explicaría esta singular pelea que le ha costado ya al gremio de los supermercado cerca de 1.000 millones de euros. En Albert Heijn justifican la marea de ofertas que inunda sus estantes desde hace siete meses con un realismo de lo más crudo. "Antes decíamos cosas como: es verdad que este producto es algo más caro aquí que en otros supermercados. Pero con nosotros el servicio es mejor. Una fórmula que ya no funciona. Nadie acepta pagar más por algo que puede adquirirse barato", declara Dick Boer, directivo de Albert Heijn, a la revista de la casa. Según el grupo, el hecho mismo de que la cifra de negocios del primer trimestre del año se haya mantenido estable se debe al aumento de clientes atraídos por precios a la baja.

Laurus, sin embargo, no ha podido resistir el tirón y suprimirá uno de cada siete empleos este verano. La mayoría serán despidos forzosos y no se descartan nuevas cribas. En junio estará listo un informe de la firma consultora McKinsey sobre la reorganización de Super de Boer, el mayor de sus supermercados, para que mejore su rendimiento. A Edah, otra de sus marcas, Laurus le dará un retoque muy en la línea de la guerra de precios.

A partir también del verano, las 278 tiendas abiertas en Holanda seguirán el lema Rico y Barato. Los productos se venderán un 7% más bajos que ahora, para competir con firmas que están siempre de rebajas, como Jumbo, Aldi, Lidl y Dirk van del Broek/Bas van der Heijden. Una de las mayores desventajas de este tipo de soluciones es lo mucho que repercuten en la variedad de lo expuesto a la venta. A la larga, hay menos productos o la mayoría lleva la marca de la casa, más asequible que sus equivalentes famosos, ya sean pañales, latas de sopa o café. En el caso de Edah, estos últimos son un 25% más baratos.

Según los mayoristas, la calidad es la gran perdedora de este conflicto en Holanda. Cada vez hay menos supermercados pequeños con un buen surtido y mejor servicio. Y cada vez son menos atractivos y se deshacen del personal de mayor edad. "Todo gira en torno a las ofertas y ninguno quiere ser más caro que sus competidores. Albert Heijn ha sido capaz de rebajar en un 10% hasta el queso, pero el que sobreviva estará en disposición de crecer en el futuro", afirma Ton Bos, director del grupo Retail Wholesale.

Pero ni siquiera Albert Heijn se ha librado de recortar su plantilla. En septiembre, poco antes de abrir el fuego de los precios, suprimió 550 empleos. En Laurus también desaparecieron por entonces 360 puestos, a los que hay que sumar los 1.300 actuales. Una cascada de pérdidas que los sindicatos cifran en dos personas por tienda, en general, y que podría sumar 10.000 parados a finales de año si continúan las bajadas de precios. "Eso, o incluso el cierre en muchos casos", según un estudio efectuado por el sector holandés de productos alimentarios.