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LA POSGUERRA DE IRAK | La violencia

Un atentado contra un miembro del Consejo iraquí mata a cinco civiles en Bagdad

Las tropas de EE UU y los milicianos de Al Sáder se retiran de la ciudad santa de Kerbala

El Consejo de Gobierno Provisional iraquí ha sido de nuevo objetivo de la violencia terrorista en Bagdad. El viceministro del Interior, Abdel Jabbar Yusef, sobrevivió a la explosión de un coche bomba en la puerta de su domicilio en el sureste de la capital: cinco personas, entre ellas una mujer, murieron y 13 resultaron heridas. Mientras, en Kerbala las tropas de Estados Unidos y los milicianos del clérigo radical chií Múqtada al Sáder se retiraron del centro de la ciudad santa. En Nayaf, otro de los santuarios del chiísmo, los combates continuaron.

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"Hacia las 8.15 [6.15 en la España peninsular], tiros de armas ligeras siguieron a la explosión de un coche bomba", declaró en el lugar de los hechos el capitán estadounidense Brian O'Malley. El ministro del Interior, Samir al Sumaydai, que acudió al domicilio de su adjunto nada más producirse el atentado, aseguró que se trató de un ataque suicida.

Jabbar Yusef, que se ocupa de la lucha contra el crimen en el Ministerio del Interior, fue ingresado, con heridas en el pecho y en la cabeza, en el hospital Ibn Sina, situado en la zona verde, el perímetro de seguridad que alberga a las fuerzas de la Coalición.

Se trata del segundo atentado contra el Consejo de Gobierno iraquí, que dejará sus funciones con el traspaso del poder del próximo 30 de junio. El lunes, el presidente Ezzedín Salim murió en un atentado suicida, también con coche bomba, en pleno centro de Bagdad. Jabbar Yusef, como el fallecido presidente, es chií y milita en el partido islámico Al Dawa. "No vamos a quedarnos de brazos cruzados. Seguiremos investigando hasta descubrir quién es el responsable de este horrible crimen", dijo el ministro del Interior del Consejo. Los muertos son civiles, vecinos de la zona que quedó terriblemente dañada por la explosión.

También el centro de Kerbala, 110 kilómetros al sur de Bagdad, mostraba los destrozos de la larga batalla que han librado en la ciudad santa chií las tropas estadounidenses con los milicianos del Ejército del Mahdi, fieles al clérigo rebelde Múqtada al Sáder. "Acuso a las dos partes en conflicto", señalaba el propietario de un hotel devastado. "Todo esto es culpa de la salvajada de los estadounidenses y de la irresponsabilidad de los milicianos", agregó Nazem Hamid, cuyo establecimiento está situado a unos pocos cientos de metros de los mausoleos de Husein y de Abbas. Escombros, cables tirados, basura y ruinas marcaban el paisaje de la ciudad.

La retirada se produjotras la presión de los principales líderes chiíes y de la población que se ha manifestado varias veces, la última el viernes, para pedir que cesen los combates. Pese a que los militares de EE UU habían abandonado el centro de la ciudad, el general Mark Kimmitt, portavoz de la Coalición, aseguró que no tenía conocimiento de "ninguna retirada" de Kerbala y que se trataba de un "redespliegue". También negó que se hubiesen producido negociaciones, como anunciaron portavoces de Al Sáder.

En Nayaf, la otra ciudad sagrada para los chiíes, donde reposa el imam Alí, fundador de esta corriente del islam mayoritaria en Irak, se produjeron combates durante la mañana, que dejaron al menos cinco heridos. Un portavoz del Ejército del Mahdi se mostró dispuesto a retirarse también del centro de Nayaf si lo hacían las tropas de EE UU.

Un iraquí, ante una de las víctimas mortales del coche bomba de ayer en Bagdad.
Un iraquí, ante una de las víctimas mortales del coche bomba de ayer en Bagdad.REUTERS

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