_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Pregunten a Dios por el mal

Discípulo de Karl Rahner en Münster y de Hans Küng en Tubinga, Manuel Fraijó heredó de esos gigantes de la teología católica su pasión por la filosofía, una ciencia en la que la Iglesia romana nunca se ha sentido a gusto. También, como en los de Rahner y Küng, hay en los libros de Fraijó un halo de libertad inmarcesible, tan necesario para que textos de enjundia y dificultad resulten atractivos. Los mejores filósofos -y teólogos- son también muy buenos literatos. Lo cual nada tiene que ver con que todo tenga que estar meridianamente claro, y ser ortodoxo. Hablando de altercados teológicos de Roma con los grandes pensadores del siglo XX, Fraijó expresó en su penúltimo libro -El cristianismo. Una aproximación- esta tesis: "El lenguaje es bastante desobediente; sólo a regañadientes asume las tareas que le encomendamos; está en permanente evolución y no se ha inventado aún la vacuna que le proteja de equívocos y malentendidos".

DIOS, EL MAL Y OTROS ENSAYOS

Manuel Fraijó

Trotta. Madrid, 2004

317 páginas. 17 euros

Inundaciones, guerras y torturas, terrorismos, muerte... En pleno Siglo de las Luces, en 1755, cuando el terremoto de Lisboa, la gente aún clamó a Dios porque, como dijo Voltaire, nada teocentrista, no estaría bien acusar al Supremo por un ataque de fiebre, pero sí por lo ocurrido aquel año en Lisboa. Amarga respuesta: "Dios se preocupa por la felicidad de los hombres tan poco como el capitán de un barco por las ratas que pululan en su bodega" (Cándido o el optimismo).

Fraijó terminó este libro en los días del terremoto que destruyó el año pasado la ciudad iraní de Bam (50.000 muertos), pero pudo haberlo hecho después de los atentados de Madrid, el pasado 11 de marzo. O ahora mismo. "Hace mucho tiempo que no se pregunta a Dios por los terremotos ni las inundaciones", escribe. Una parte del libro, en diálogo con el filósofo Javier Muguerza, trata de indagar por qué nadie está dispuesto ahora a hacer de Voltaire ni de Rousseau. Salvo, por ejemplo, el propio Fraijó, dicho sea en su honor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_