Sanidad informa a favor de la construcción de la incineradora de Txingudi

La consejería de Sanidad ya ha dado su visto bueno a la incineradora del Txingudi, que quemará las basuras de Irún, Hondarribia y Hendaya. El director de Salud Pública, Luis González de Galdeano, confirmó ayer el informe sanitario es favorable, aunque advirtió de que su departamento exigirá el "cumplimiento estricto" de las normas de seguridad. Sanidad tomará muestras de sangre a los vecinos para analizar la incidencia de esta infraestructura en su salud.

El informe favorable de Sanidad se ha incorporado a la evaluación de impacto medioambiental de la incineradora del Txingudi que está elaborando el Gobierno vasco, el requisito necesario para iniciar las obras de construcción. El director de Salud Pública, que ayer compareció ante la comisión para el Desarrollo Sostenible de las Juntas Generales de Guipúzcoa, aseguró no obstante que el dictamen aprobatorio incluye cinco condicionantes que los redactores del proyecto, la Mancomunidad del Txingudi, "deberán tener en cuenta" durante la construcción de la planta.

González de Galdeano aseguró que Sanidad vigilará de cerca el funcionamiento de la incineradora transfronteriza y exigirá el "cumplimiento estricto de las normas europeas de seguridad". Al mismo tiempo, informó de que su departamento tomará muestras de sangre a los vecinos de las zonas donde se construirán las incineradoras. Las muestras se realizarán antes y después de la puesta en marcha de estas instalaciones con la finalidad de ver la evolución de los "indicadores biológicos" de estas personas y la posible aparición de enfermedades derivadas de las emisiones tóxicas.

El responsable de Salud Pública afirmó que la incineración es una "opción sostenible" para tratar los residuos urbanos y tiene riesgos "mínimos" para la salud. Se basó en un reciente estudio realizado por expertos en el Reino Unido, entre cuyas conclusiones destacó que los efectos contaminantes de los vertederos son "superiores" a los que genera una incineradora moderna de última generación. De acuerdo con este y otros informes, González de Galdeano sentenció: "La exposición directa a las emisiones de una incineradora no suponen un riesgo adicional significativo de cáncer entre los residentes".

En la comisión medioambiental también intervino el médico José Cruz Ruiz, miembro de una plataforma de 400 profesionales sanitarios contrarios a la planta del Txingudi, quien expuso las consecuencias "nocivas" para la salud de la población cercana y anunció que actuarán "por la vía penal" contra los impulsores de la incineradora. Criticaron a la mancomunidad de "ocultar los efectos secundarios y las contraindicaciones" de la combustión de basuras, y citó como peligros la aparición de cánceres, sarcomas, alteraciones neurológicas e inmunológicas, entre otras.

El integrante del colectivo Txingudi Bizirik Silvano Díaz acusó a los ayuntamientos de Irún y Hondarribia de ocultar información y "imponer la incineradora de forma cicatera". Mikel Izagirre, de la plataforma Arnasa de Urnieta, presentó a los grupos políticos una experiencia piloto que han elaborado para ponerla en práctica en este municipio, consistente en educar a la ciudadanía en la recogida selectiva de la basura y apostar por el reciclaje y el compostaje.

Por otro lado, el asesor medioambiental del área metropolitana de Barcelona, Joan Joseph Nuet, defendió ayer el compostaje y la metanización como modelos medioambientales más sostenibles que la incineración para tratar las basuras. Aseguró que Barcelona ha desechado la construcción de una planta de combustión y optado por la instalación de tres ecoparques, donde se aplica la técnica de la metanización, consistente en remover la basura dentro de unos depósitos de manera que produce gas que puede ser comercializado.