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Reportaje:LA BODA REAL

Hoteles reales

Los establecimientos de cinco estrellas seleccionados para los invitados refuerzan al máximo sus servicios, plantilla y seguridad

Cristina Galindo

Todo el mundo habla de una boda y de una noche de bodas, pero estos días hay muchas noches reales en Madrid. Los hoteles más lujosos de la capital han empezado a alojar a miembros de más de 40 casas reales, además de a una parte del resto de los 1.400 invitados del príncipe Felipe y Letizia Ortiz, entre los que se encuentran 30 jefes de Estado. El Ritz, el Palace, el Villa Magna y el Santo Mauro: los cinco estrellas más lujosos han activado un dispositivo especial para la Operación Boda de Estado.

"Estamos acostumbrados a recibir a altos cargos, pero esto es diferente", reconoce Luisa Rodríguez, directora del AC Santo Mauro, un palacete convertido en hotel (51 habitaciones) que hace poco se hizo popular por alojar al jugador del Real Madrid David Beckham, y por el que han pasado George Bush padre y el rey de Suecia. "Para la boda todo el hotel está a disposición de los invitados, ¡y todos tienen el mismo horario!", explica.

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Plancha, peluquería, maquillaje, desayunos... todos a la vez. Ése es el principal problema, además de la seguridad, aunque depende del Estado (por ejemplo, se han instalado arcos detectores de metales en entradas de hoteles como el Ritz). La solución: reforzar al máximo los servicios. Todos los empleados, en alerta. En las horas críticas de la operación (desde la tarde de hoy hasta mañana por la mañana) se pueden alargar los turnos y contratar personal extra (casi siempre camareros).

En el sótano del Westin Palace, se encuentra uno de los puntos clave para la boda: la lavandería. Gracia Calero, Goyi López y Asunción Arranz están en el turno de tarde (15.00-23.00). "Lo que más nos pedirán será plancha", afirma López. Está previsto que los dos turnos que existen en este servicio se refuercen con otras dos personas. Arranz recuerda que una de las veces que más trabajó fue durante una boda hindú. "Duró días y días", recuerda, "jamás he planchado tantos vestidos". En este hotel, 150 de sus 417 habitaciones están reservadas para la boda.

Más personal, en especial en lavandería, peluquería, recepción; más botones, porteros, camareras de pisos... Ésa es la clave para afrontar cualquier imprevisto. En peluquería, por ejemplo, los hoteles de lujo tienen su propio centro o estilistas asociados que deberán estar disponibles en caso de una emergencia. "Nuestros masajistas han bloqueado sus agendas para estos días", explica la directora del Santo Mauro.

"Muchas delegaciones suelen traer consigo este tipo de cosas, pero nosotros estamos reforzados al máximo", afirma Manuel Pinto, de 62 años, jefe de recepción del Ritz, hotel situado enfrente del Palace, al lado del Museo del Prado. El puesto de Pinto, el empleado más veterano del Ritz, donde trabaja desde 1957, será vital. Desde allí se coordinan los grupos de huéspedes y se distribuyen las habitaciones "según las indicaciones de la Casa Real, porque hay que seguir a rajatabla el protocolo", cuenta.

El Ritz ya tiene reservadas sus 167 habitaciones para este fin de semana; un 80% se ha destinado a invitados, incluida la suite real (5.200 euros la noche en temporada alta), explica

su portavoz, José Luis Plaza. Nueve personas trabajarán en recepción en lugar de los cuatro o cinco habituales.

La organización de la boda ha convertido a la familia real en una especie de intermediaria de reservas. Zarzuela eligió los hoteles para los invitados que vienen de fuera de Madrid, aunque algunos se alojan en sus embajadas, y bloqueó un porcentaje de habitaciones con meses de antelación. Estos hoteles han recibido una lista con los nombres asignados. Los gastos de alojamiento corren a cargo de los asistentes.

La relación de huéspedes es secreto de

Estado, por razones de seguridad. Tampoco ha trascendido quién se alojará en la suite real del Palace (3.400 euros la noche). En Madrid hay una veintena de hoteles del más alto nivel que cumplen los requisitos para recibir a invitados pertenecientes a casas reales. En total suman unas 8.000 camas. Además del Ritz, el Palace, el Villa Magna y el Santo Mauro, están el Intercontinental, el Gran Meliá Fénix y el Orfila, entre otros.

Estos hoteles están habituados a los grandes eventos: cumbres europeas, conferencias al más alto nivel... por lo que la base de su funcionamiento se mantiene. "Hemos aprovechado para dar una mano de pintura en algún salón y cambiar alguna tapicería", cuenta la relaciones públicas del Palace, Marta Aguilar. Los invitados a la boda se marcharán de ese hotel con un regalo: un abanico diseñado por Loewe para la ocasión.

Estos hoteles también saben cómo complacer a sus clientes, por muy raros que sean sus deseos: estrellas de cine que piden que se redecore la suite con colores de su gusto; huéspedes que piden a las siete de la tarde de un sábado un disfraz japonés para ir a una fiesta de última hora, y otros que piden una guitarra o un piano porque les apetece tocar a las tantas."Nunca puedes estar preparado al 100% para lo que un huésped pueda necesitar", dice la directora del Santo Mauro, y añade: "Siempre que tengas recursos, imaginación y dinero lo puedes conseguir casi todo".

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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