"Nunca dejaremos Jerusalén"
Jerusalén
Mientras una decena de manifestantes palestinos morían ayer en Gaza bajo los ataques de tanques y helicópteros, cientos de miles de israelíes desfilaban en Jerusalén para celebrar la victoria en la Guerra de los Seis Días en 1967.
Unas 200.000 personas, la mayoría de ellos jóvenes, aunque también familias, desfilaron por las calles con banderas de Israel cantando himnos que celebraban la victoria de su Ejército en la guerra que resultó en la toma de Cisjordania y la franja de Gaza. Las festividades se desarrollaron bajo estrictas medidas de seguridad, entre otras, el cierre de numerosas calles y carreteras en el centro de Jerusalén.
A la ceremonia oficial, celebrada en la Colina de la Munición, asistieron el presidente israelí, Moshe Katsav; el primer ministro, Ariel Sharon, y el alcalde la ciudad, Uri Lupolianski. Sharon afirmó en su intervención que "la batalla por Jerusalén continúa" y que "nunca será separada del Estado de Israel".
Las decenas de miles de manifestantes desfilaron desde el parque Sacher hasta la ciudad vieja de Jerusalén, donde atravesaron el barrio árabe, mientras algunos de los manifestantes, en su fervor nacionalista, golpeaban las persianas de metal de los comercios palestinos cerrados y gritaban "muerte a los árabes".
Mientras, unos 200 palestinos, entre ellos representantes de todas las facciones políticas, se reunieron en la plaza de Al Manar, en el centro de Ramala, la ciudad cisjordana que alberga la sede del Gobierno de Yasir Arafat. En la manifestación ondeaban banderas de Palestina y otras verdes, símbolo del islam, para condenar la operación militar israelí en Rafah.
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