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La grúa actuará el jueves para despejar las calles del recorrido de la boda real

La iluminación nocturna de Cibeles atrae a miles de curiosos y causa grandes atascos

La grúa municipal empezará a actuar el jueves por la noche para despejar de coches la zona de la capital acotada para la boda. A partir de las doce de la noche del jueves 20, no se podrá aparcar en determinadas áreas del centro de la capital. La Policía Municipal ya está avisando a los vecinos. El Ayuntamiento editará folletos informativos. Pero el municipio acudirá a la grúa si, a pesar de eso, los coches siguen mal aparcados el jueves por la noche.

Más que el tránsito (a los residentes, salvo en determinadas calles, y por motivos de seguridad, se les permitirá el paso) el problema que para muchos vecinos del centro acarreará la boda será el de aparcar.

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Un sello para la boda

A partir de las doce de la noche del jueves, no se podrá aparcar en las siguientes zonas del centro: calle de Bailén y aledañas, plaza de Oriente, plaza de España, bocacalles de la Gran Vía, calle de Alcalá (hasta la plaza de la Independencia), paseo del Prado, glorieta del Emperador Carlos V, calle de Infanta Isabel, paseo de la Reina Cristina y avenida de la Ciudad de Barcelona (hasta la calle del Comercio).

El levantamiento de la prohibición de estacionar no se efectuará hasta la madrugada del domingo. También se verán afectados por las restricciones al tráfico los siguientes aparcamientos públicos: Recoletos, Montalbán, plaza del Rey, Cortes, Vázquez de Mella, Sevilla, plaza del Carmen, Sevilla, plaza del Carmen, Tudescos, Descalzas, Santo Domingo, Mostenses, plaza de Oriente y plaza de España.

Estos estacionamientos públicos estarán cerrados desde las 16.00 del viernes hasta las 20.00 del sábado. Los coches que ya estén aparcados sólo podrán salir hasta las 21.00 del viernes. En el aparcamiento de la plaza de Oriente el horario será aún más restrictivo: no se podrá entrar desde las nueve de la mañana. A lo largo del sábado, este aparcamiento estará completamente cerrado.

Quejas vecinales

Los vecinos de la zona están inundando las centralitas del Ayuntamiento con quejas y preguntas. Uno de ellos es Joaquín Campillo, que vive en la calle de Don Pedro, a un paso de la de Bailén, en el corazón de la zona afectada por el recorrido de la boda real. "Yo el sábado tengo que desplazarme fuera de Madrid por un motivo familiar. En teoría, yo vuelvo después de comer, pero en el Ayuntamiento me han dicho que mi calle, ese día, el sábado, va a estar sellada hasta las 20.00. Y sinceramente, me parece indignante que uno no pueda acceder a su vivienda ese día. Yo estoy por la seguridad, no me importa que escaneen mi coche 20 veces si hace falta. Pero lo que no puedo soportar es que me cierren el paso a mi casa. Me parece bien lo de la boda, pero la libertad para diseñarla, creo, termina donde empieza la mía", añade este vecino afectado.

Un portavoz de la Concejalía de Seguridad, dirigida por el concejal Pedro Calvo, aseguró que los residentes de las zonas afectadas "no podrán estacionar, pero sí pasar en las zonas acotadas presentando una acreditación, siempre y cuando no haya razones de seguridad que lo impidan".

Con respecto a las quejas de este vecino, este mismo portavoz recordó que no "todo son limusinas". "Por ejemplo, en la zona del centro de la capital hay que dejar sitio para que aparquen las centenares de unidades móviles de periodistas de radio y televisión que se encargarán de transmitir para todo el mundo el enlace real. Y hay que dejarles sitio".

El corte de calles para todos aquellos que no sean residentes empezará el viernes a las nueve de la mañana, cuando se cierre a las circulación la calle de San Quintín y la de Bailén. Después, progresivamente, se irán cerrados vías a la circulación: el paso inferior de Bailén, la Gran Vía, la calle de Alcalá hasta Cibeles, el paseo del Prado y la glorieta del Emperador Carlos V.

Retenciones por las luces

Las luces especiales que decoran por las noches las fuentes de la Cibeles y Neptuno, las fachadas del Palacio de Comunicaciones y el Museo del Prado junto con la Puerta de Alcalá se convirtieron ayer por la noche en una trampa para centenares de conductores. Miles de aficionados cargados con todo tipo de máquinas de fotos y cámaras de vídeo acudieron desde primera hora de la noche a ver esta iluminación especial, lo que colapsó la circulación.

Los agentes de la Policía Municipal que regulaban el tráfico se vieron incapaces de frenar esta avalancha de gente que quiso tomar todos los ángulos de estas luces que estarán colocadas hasta el viernes. Algunos conductores tardaron más de una hora en pasar entre la Cibeles y la Puerta de Alcalá. Para iluminar estos enclaves se han dispuesto más de 1.000 proyectores y se han utilizado más de 40 kilómetros de cableado.

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