Líderes iraquíes exigen controlar el petróleo tras la cesión de soberanía
El máximo líder chií exige un alto el fuego en las ciudades santas de Nayaf y Kerbala
El gran ayatolá Ali Sistani, máximo líder religioso de los chiíes de Irak, hizo ayer un llamamiento a las fuerzas de EE UU y a las milicias del clérigo radical Múqtada al Sáder para que se retiren de las ciudades santas de Nayaf y Kerbala. Mientras tanto, los líderes iraquíes han enviado una delegación a Naciones Unidas con el objetivo de hacerse con el control del petróleo con vistas al traspaso de soberanía por parte de EE UU el próximo 30 de junio.
Alí Sistani hizo ayer su declaración más enérgica en favor de un alto el fuego en Nayaf y Kerbala desde el estallido de la rebelión de los seguidores de Al Sáder contra las fuerzas de ocupación, en abril pasado. "Es necesario exigir la desaparición de todo vestigio militar de las dos ciudades y permitir a la policía y a las fuerzas tribales cumplir su misión de preservar la seguridad y el orden", dijo Sistani en un comunicado difundido desde su cuartel general de Nayaf.
Las tropas de EE UU y las milicias del llamado Ejército del Mahdi libran desde hace una semana duros combates en las calles de Nayaf y Kerbala, en ocasiones muy cerca de los lugares más sagrados para los musulmanes chiíes. En sermones pronunciados en mezquitas de todo el país, los partidarios de Al Sáder han pedido a todos los chiíes de Irak que acudan a Nayaf y Kerbala para expulsar de ambas ciudades a los soldados estadounidenses. Pero Sistani advirtió en su comunicado que esa movilización es demasiado peligrosa y recomienda que, en lugar de combatir, los chiíes deben manifestarse en sus lugares de origen contra la presencia de toda fuerza militar en ambas ciudades.
"La oficina del ayatolá Sistani pide a los ciudadanos en todas las localidades que no marchen hacia Nayaf debido a las peligrosas circunstancias que atraviesa la ciudad santa", señala el comunicado. En su lugar, agrega Sistani, deben organizarse concentraciones en las mezquitas de todas las provincias "para protestar por la violación de la santidad de ambas ciudades".
Por otro lado, el viceministro de Asuntos Exteriores iraquí, Hamid Bayati, declaró que los integrantes del futuro Gobierno provisional iraquí, que se hará cargo del país el próximo 30 de junio, deben intervenir en la negociación de la nueva resolución de la ONU sobre el futuro del país. "Irak debe ser tenido en cuenta en la próxima resolución de Naciones Unidas", dijo Bayati. "Negociaremos sobre la base de que Irak debe asumir el control total de sus recursos". El viceministro iraquí también señaló que debe reducirse el 5% de los ingresos petroleros que Irak paga a terceros países en concepto de daños de guerra.
Los crímenes de Sadam
Washington pretende que el comité internacional que supervisa actualmente las exportaciones de crudo iraquí siga funcionando después de la transferencia del poder. Irak todavía debe 280.000 millones de pesetas en daños por la invasión de Kuwait, en 1990, una suma enorme comparada con los 9.000 millones de dólares generados por su industria petrolera desde la invasión de EE UU. El ministro de Planificación, Mehdi al Hafedh, candidato a primer ministro en el Gobierno provisional, declaró: "Es injusto que Irak tenga que pagar por los crímenes de Sadam Husein". El ministro del Interior, por su parte, aseguró que sus fuerzas de seguridad serán capaces de sustituir a las tropas de EE UU en la mayoría de las tareas en cuestión de meses.
En Varsovia, el primer ministro polaco, Marek Belka, declaró ayer que el Consejo de Gobierno iraquí ha "perdido su legitimidad" y pidió a EE UU que acelere la transferencia del poder a los iraquíes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.