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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Asegurar la frontera con Egipto, último objetivo israelí

Jorge Marirrodriga

En la operación militar efectuada por Israel en el sur de Gaza desde el pasado viernes, cuando comenzaron a demolerse viviendas en Rafah, hay dos objetivos: uno inmediato, la destrucción de los túneles y captura o muerte de los milicianos palestinos, y otro de más calado, la ampliación del Corredor Filadelfia que facilitará la retirada unilateral de Gaza.

Hace 20 años, los túneles construidos bajo frontera se empleaban para asuntos relacionados con el contrabando, pero poco después comenzaron a utilizarse para pasar armas al interior del territorio ocupado por Israel desde 1967. A ello se añadió que el campo de refugiados de Rafah es uno de los bastiones de Hamás. La organización radical tiene dividida Gaza en tres partes: norte, centro y sur, y Rafah es la sede del mando sur. Majed Abu Shimala y Raed Atar figuran como máximos responsables de la rama militar de Hamás en la zona. Ambos se supone que habitan en Rafah y son los responsables directos de algunos de los ataques más sofisticados que han sufrido los israelíes en Gaza.

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Pero, además, los famosos túneles no sirven sólo para la lucha contra la ocupación israelí. Gran cantidad de armas están yendo a parar a un Ejército popular bajo la dirección de Hamás. Se trata de simpatizantes de la organización radical que igual pueden protagonizar la resistencia contra los israelíes como un alzamiento contra la Autoridad Palestina en el caso de que los israelíes se marchen definitivamente de la franja.

Retirada de Gaza

El pasado mes de febrero, el jefe del Mossad, el servicio de inteligencia exterior israelí, Meir Dagan, viajó a Egipto para tratar con sus homólogos el plan de retirada unilateral de Gaza. Si Israel opta por la retirada total, también lo hará de la frontera -el Corredor Filadelfia-, línea que queda demarcada por los acuerdos de paz de Camp David firmados entre Israel y Egipto en 1979. El texto no permite a los egipcios poseer a lo largo de esta frontera más que fuerzas de policía, aunque en la zona está desplegado también un batallón de Naciones Unidas con soldados pertenecientes a Fidji. Egipto cree que es una fuerza insuficiente para vigilar una zona tan inestable e Israel no quiere que el coladero subterráneo pase tranquilamente a la superficie.

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Las opciones son al menos tres: Israel se retira de Gaza pero mantiene el Corredor; la Autoridad Palestina se hace cargo de esta frontera o Egipto controla el Corredor. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, negaba el pasado 5 de marzo semejante posibilidad. Mubarak siempre se ha mostrado partidario de que sea la Autoridad Palestina la que mantenga el orden en Gaza. En cualquier caso, la estrecha carretera junto a la frontera suponía un obstáculo en el plan de retirada unilateral. Y aquí entraron en acción las excavadoras.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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