El PP retira una propuesta para equiparar a las autonomías y acepta la enmienda del PSOE

El Congreso de los Diputados vivió ayer una jornada insólita. El Partido Popular defendió una proposición no de ley para que la Cámara baja declarase "la igualdad de todas las nacionalidades y regiones", sin más distinción que las que derivan de las diferencias reconocidas en la Constitución, y acabó retirándola para votar una enmienda de sustitución del PSOE en la que se "reafirma la pluralidad". Lo singular es que unos y otros se decían satisfechos. Los socialistas porque su texto, dicen, es "la doctrina Zapatero" sobre la reforma de estatutos, y los populares porque, según aseguraban, se puso de manifiesto que están dispuestos a colaborar con el Gobierno en cuestiones fundamentales.

Al margen de interpretaciones y aunque el portavoz del PP, Vicente Martínez-Pujalte asegurase que los textos eran casi idénticos, lo cierto es que la música sonaba muy distinta y que, a la hora de la verdad acabaron por aceptar lo que el portavoz socialista, Ramón Jáuregui, llamó en la tribuna "enmienda de totalidad".

Todos juegan a pillo y al terminar el debate fuentes parlamentarias del PP aseguraban que ya habían advertido por la mañana de su disposición de votar la enmienda del PSOE que anulaba su texto inicial, mientras que miembros de la dirección del Grupo Socialista negaban que hubiese habido un aviso tan claro y transmitían la idea de que habían logrado una victoria en toda regla -llegaron a hablar de "estocada hasta la bola", en términos taurinos- al forzar al PP a votar en el Congreso sus posiciones sobre la reforma de estatutos propuesta por José Luis Rodríguez Zapatero en el debate de investidura.

Nacionalidades y regiones

La verdad es que hubo un momento en que parecía que los populares iban a quedarse solos, de nuevo, frente al resto de la Cámara y, a lo largo del debate tuvieron que soportar que todos y cada uno de los portavoces del resto de los grupos se aplicaran en blandir en sus lomos la Constitución, recordándoles con distintas palabras que la diversidad, la diferencia y la asimetría son valores consagrados por la Constitución, empezando por la distinción entre nacionalidades y regiones.

Martínez Pujalte trató de explicar el porqué de su proposición no de ley y dijo que se fundamentaba en la inquietud que les había producido el discurso de investidura de Rodríguez Zapatero, en este asunto, y que querían que el Congreso proclamase que no puede existir "una diferenciación en los derechos y deberes de los ciudadanos", ni a "introducir una diferencia en las posibilidades de desarrollo de los procesos autonómicos" ni a "constituir comunidades de primera y de segunda".

Enseguida empezó a sonar la catarata de reproches. Uxue Barkos, de Nafarroa Bai, le preguntó a Martínez Pujalte si lo que pretendía era, por ejemplo, derogar los derechos forales que tanto diferencian a Navarra del resto de las comunidades autónomas. Paulino Rivero (Coalición Canaria) recordó que la Constitución reconoce la diversidad, incluida la insularidad alejada. Francisco Rodríguez (BNG) habló de proposición "puramente declarativa".

Para Jordi Xuclá (CiU) se traba de "un disparate político y constitucional", y Emilio Olabarria (PNV) tildó la proposición de "frivolidad política" que se situaba al margen de la letra y de la interpretación de la Constitución.

Jáuregui, en nombre del Grupo Socialista, atacó a fondo y le espetó a Martínez Pujalte que la proposición de su grupo era "reiterativa", porque trataba de "solemnizar lo obvio", lo ya establecido en la Constitución, es decir la igualdad de derechos y obligaciones de los españoles y por lo tanto la juzgaba "carente de fundamento".

Pero sobre todo Jáuregui razonó que la propuesta popular era "equivocada" al proclamar la igualdad de todas las nacionalidades y regiones, porque eso supone confundir "derechos con uniformidad de normas y de marco jurídico". El portavoz socialista recordó que la Constitución "ha elevado al máximo rango de sus principios el principio de pluralidad, de nuestra propia diversidad" y que "es inevitable que se produzcan situaciones heterogéneas en virtud del ejercicio particular que haga cada comunidad autónoma de sus competencias".

A la hora de la votación, dijeron sí al texto del PSOE aceptado por el PP 284 diputados (socialistas, populares y canarios); votaron en contra 29, CiU, PNV, ERC y casi todo el Grupo Mixto, es decir, el bloque nacionalista del Congreso, y hubo siete abstenciones: Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya-Verds, José Antonio Labordeta (Chunta Aragonesista) y un par de errores al ejercitar el voto.