La reconquista del Alcázar

Después de 13 años, el Ayuntamiento de Córdoba completó ayer una parte de su particular reconquista del Alcázar de los Reyes Cristianos. Con motivo del Día Internacional de los Museos, fueron abiertas al público la torre del Homenaje y la de los Leones, dos de las cuatro atalayas originales de este monumento que data del siglo XIV y que forma parte del perímetro de Córdoba declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994.

Para el teniente de alcalde de Cultura, Luis Rodríguez, la apertura supone el "engrandecimiento del museo más visitado de Córdoba". El Alcázar de los Reyes Cristianos recibió el año pasado recibió unas 400.000 visitas. Rodríguez destacó el valor añadido de la apertura para un recinto en el que se celebran numerosos actos sociales de la ciudad. Para el edil de Cultura, la rehabilitación supone el rescate del "panorama visual de los miradores del Alcázar".

El principal activo que ahora recuperan las torres de este recinto que impulsó en 1328 Alfonso XI son sus vistas. La estampa de jardines y estanques paradisiacos del interior del recinto, antes sólo observables a pie. La capacidad de dominar el Guadalquivir, frente a cuya ribera se extiende, paralelo, el Alcázar de los Reyes Cristianos. La vista inédita para los contemporáneos del Puente Romano. O girarse un poco para medirse a la Mezquita de Córdoba o tratar de descifrar a partir de sus tejados el laberinto de la Judería.

Precisamente esa capacidad oteadora fue el germen de la creación del Alcázar de los Reyes Cristianos. Después de la conquista castellana de la ciudad, se necesitaba una fortificación estratégica para controlar el acceso por el río a la ciudad, según refleja la Guía Arqueológica de Córdoba, publicación dirigida por el catedrático de Arqueología de la Universidad de Córdoba, Desiderio Vaquerizo.

El Alcázar cristiano se levantó entonces sobre el Alcázar andalusí, mucho más extenso que el actual. La publicación también alude a una génesis anterior del recinto, el Alcázar del Rey, en el que se afincaron los frailes agustinos. Iniciado como vigía estratégico de la ciudad, el recinto fue cedido al Santo Oficio en 1482 para instalar el Tribunal de la Inquisición y aplicar así la ley de la Iglesia católica.

Casi 700 años después de su génesis, la torre del Homenaje y la de los Leones recuperan su faceta visual tras la rehabilitación iniciada en octubre pasado con 83.000 euros de presupuesto. El arquitecto de la obra, Jerónimo Sanz, explicó que las obras precisan aún de la continuidad para abrir el recorrido superior del edificio. Tan sólo ha sido habilitado un primer tramo.

Las obras se han centrado en la protección "con cantería y la recuperación ornamental de elementos que se encontraban en deterioro", apuntó el arquitecto. También se han acometido aspectos de seguridad, como la protección de las barandillas, vidrio en las almenas y otras piezas para "evitar el acceso de animales y controlar los agentes climáticos", afirmó Sanz. La impermeabilización del Adarve frente a la humedad y la lluvia ha sido otra de las actuaciones.

Aunque el Alcázar, declarado monumento histórico-artístico en 1931, estrene vestido nuevo, éste no está completo. El edil de Cultura explicó que aún quedan las actuaciones en las torres del Reloj y de la Inquisición y los pasos comunicantes entre las torres. Las actuaciones culminarán, previsiblemente, en 2005.