Interior instala cámaras de vigilancia en varias calles para controlar el recorrido de los novios el día de la boda real

El Ministerio del Interior instaló ayer varias cámaras de vigilancia en diversas calles del centro de la capital con el fin de tener un control visual del trayecto por el que se desplazarán tanto los novios como las autoridades que asistan al enlace real entre el Príncipe y Letizia Ortiz, el próximo día 22. Esta medida se ha adoptado para que la policía pueda anticiparse ante cualquier sospecha de riesgo. Las medidas de seguridad afectan a cuatro posibles recorridos, aunque sólo uno de ellos (que no se hará público hasta el momento del enlace) será el elegido para el paseo de los novios.

El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, explicó el pasado jueves que Policía, Guardia Civil y la Casa Real dispondrán de centros de control propios que, a su vez, estarán coordinados desde la Secretaría de Estado de Seguridad.

Por otra parte, el centro de Madrid sufrió durante la noche del pasado viernes un monumental atasco provocado precisamente por los ensayos de los fastos con motivo de la boda regia. Tanto la Puerta de Alcalá como el Palacio de Correos y Telecomunicaciones, en la plaza de Cibeles, fueron iluminados por varios cañones de luz de colores. Las fuentes de Cibeles y Neptuno también fueron blanco de los chorros de luz que iluminarán el centro de la ciudad el día 22. El espectáculo y la mínima presencia en la zona de agentes de la Policía Municipal, según relataron varios afectados, provocaron un caos circulatorio que hizo que para llegar desde Cibeles a Gran Vía -unos 200 metros- hubiera que invertir cerca de una hora.

La Gran Vía, una de las principales arterias de la capital, estuvo totalmente colapsada hasta la plaza de España. El tráfico quedó interrumpido un buen rato en Cibeles, sin que los conductores pudieran girar en ninguna dirección para abandonar la ratonera en la que se convirtió la plaza. Un portavoz municipal vinculó ayer el inmenso atasco del centro de la ciudad, no sólo a los ensayos de la iluminación de boda real, sino también a "los conciertos y actos que en ese momento se estaban celebrando con motivo de las fiestas de San Isidro en la zona del centro".