Gilberto Gil denuncia las actuales "guerras de lobos" que quieren imponer valores
La segunda jornada del debate El mundo, hoy arrancó con el tema de la relación entre la religión y el poder. El comisionado de la ONU para Derechos Humanos, Bertran Ramacharan, puso en evidencia que cualquier comunidad con una determinada religión es capaz, dadas las circunstancias, de utilizar la violencia con la excusa de defender su identidad amenazada. "La mezcla de creencias religiosas y las tendencias homicidas no son exclusivas del islam", dijo.
La llegada del ministro de Cultura de Brasil, el músico Gilberto Gil, supuso un cambio radical por la tarde. Gil, que acabó su intervención cantando, animó a los ciudadanos a preservar la cultura "de cualquier tentativa de imposición" y defendió apasionadamente su opción "por lo mutable, lo diverso y lo paradójico". Gil, que vestía camisa y corbata, denunció "las guerras de lobos" que azotan el mundo, con las que se pretende "garantizar la supremacía de valores que se consideran superiores".
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