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Rajoy reprocha a Zapatero que proliferen distintas voces en el Gobierno socialista

El PSOE renuncia a preguntar al presidente en la primera sesión de control de la legislatura

Esto es lo que tiene el nuevo talante: ni agresividad en las preguntas al presidente del Gobierno ni acritud en las respuestas. Primera sesión de control al Gobierno en la nueva legislatura. Veintitrés días después de constituirse el Ejecutivo, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, creyó tener argumentos para reprocharle al presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, que él y su Gabinete no tengan "una sola palabra", sino varias y distintas; para exigirle diálogo sobre el Plan Hidrológico Nacional y la reforma escolar, mayor eficacia en las negociaciones europeas y para que "nombre mejor" algunos altos cargos.

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Rajoy optó por la ironía, que es el género que tiene más acreditado en el Parlamento y, tras responderle el presidente que no pensaba hacer valoraciones de la actuación de su Gobierno y que deja esa tarea a los ciudadanos y a los grupos parlamentarios, el líder de la oposición arrancó con el estilo que mejor domina: "Es encomiable su espíritu autocrítico", para inmediatamente reprocharle que sea difícil saber "cuál es su palabra y la de su Gobierno", en asuntos como el IVA, la privatización de TVE, el mando único policial, el cálculo de las pensiones o el control de los imames. Asuntos, casi todos, referidos a declaraciones controvertidas de miembros del Gobierno.

Zapatero hizo una enumeración de las iniciativas que ha tomado su Gobierno, desde la retirada de las tropas de Irak hasta reunir ayer mismo el Pacto Antiterrorista o anunciar un incremento de 38 millones para becas.

Rajoy siguió ironizando con el diálogo al que tanto apela el nuevo Gobierno, y le instó a Zapatero para que hable sobre el Plan Hidrológico y sobre la Ley de Calidad de la Enseñanza y, en este punto le urgió para que aceptase una votación de ayer por la mañana, en el Senado, en la que el Grupo Socialista y sus socios sufrieron un primer fiasco al triunfar una moción del PP que insta al Gobierno a no paralizar la reforma aprobada por el PP en la anterior legislatura.

Cumplir con los compromisos

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Rajoy puso el toro en suerte para que su segundo, Ángel Acebes, le preguntase a la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, si cree que los nombramientos más importantes del nuevo Gobierno cumplen con los compromisos que había adquirido el PSOE en este terreno.

La vicepresidenta primera contestó sin titubeos que han cumplido "con todos los compromisos", pero Acebes no estuvo conforme y le afeó que el nuevo fiscal del Estado, Cándido Conde-Pumpido no haya pasado por el Congreso para someter su nombramiento al control parlamentario que prometieron los socialistas o que el nuevo director del CNI, Alberto Sainz Cortés, no fuese consensuado con la oposición. Además, Acebes trajo a colación unas singulares declaraciones del ministro de Defensa, José Bono, en las que aseguraba que el nuevo responsable del espionaje español no tiene experiencia en cuestiones de seguridad, no domina idiomas y "viene de buena familia".

Fernández de la Vega replicó que los compromisos del PSOE sobre nombramientos pasan por la modificación de las normas legales correspondientes para que puedan hacerse efectivos. Todo ello, entre voces de reproche de populares y aplausos de los socialistas.

El Grupo Socialista ha renunciado a preguntar habitualmente al presidente del Gobierno. Ayer inició este régimen en favor del resto de los grupos y, además, en vez de las tres habituales Zapatero contestó cuatro preguntas para posibilitar que el líder de IU, Gaspar Llamazares, pudiera actuar en este trámite. Llamazares le preguntó al presidente por sus propósitos a la hora de compartir la política antiterrorista y Zapatero le dio seguridades de que todos estarán informados y serán escuchados en la Comisión de Secretos Oficiales.

Como la sesión era inaugural se oficializó otro cambio: en la pasada legislatura, José María Aznar sólo contestó preguntas de partidos de ámbito nacional (PP, PSOE e IU). Ayer Zapatero respondió a Joan Puigcercós (ERC), al que le dijo que será difícil, por la premura de tiempo, pero que mantendrá su empeño de que todos los idiomas oficiales de España se reconozcan en la Constitución europea. También respondió al portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. Aquí se oficializó un cierto desencuentro. Zapatero le anunció que el cambio en la financiación autonómica va para largo, después de mucho estudio y mucho acuerdo con todas las autonomías. Y Duran lamentó que no haya calendario preciso sobre esta reforma y, sobre todo, que se niegue a negociar bilateralmente con Cataluña.

La novatada de la sesión la pagó Zapatero y algunos ministros. Pasaban de controladores a controlados, de preguntantes a preguntados, pero el tiempo para las preguntas no ha cambiado: es de 5 minutos y se mide de forma inflexible, de modo que el presidente del Congreso, Manuel Marín, que ya lo había advertido, los dejó varias veces con la palabra en la boca.

La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, flanqueada por José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Solbes, en la sesión de control.
La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, flanqueada por José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Solbes, en la sesión de control.RICARDO GUTIÉRREZ

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