Las pequeñas salas de música reclaman ayudas para no cerrar

Madrid

La cantera musical de Madrid se niega a desaparecer. Una veintena de locales donde se programan conciertos en vivo y cuyos aforos no superan los 500 espectadores reclamaron ayer a las diferentes administraciones públicas ayudas para no sucumbir ante la presión de la normativa y de los ajustados márgenes económicos en los que se mueven. "No somos la gran industria, somos locales que nos arriesgamos y experimentamos, y damos cabida a los artistas más nuevos", explicó David Novaes, presidente de La Noche en Vivo. Esta asociación agrupa a locales que programan cada año más de 5.000 espectáculos a los que acuden cerca de 700.000 personas, según los datos de esta asociación.

Puntos como Siroco, los cafés Central y Berlín, o El Búho Real, La Boca del Lobo, Gruta 77 o Galileo Galilei, han acogido los primeros pasos de figuras musicales como Ismael Serrano, Dover o Rosana. Novaes recordó que en los últimos años han cerrado lugares emblemáticos como Suristán o el Café del Foro.

"Queremos que se nos considere parte del tejido cultural de Madrid y que se nos ayude igual que a las salas alternativas de teatro", dijo Novaes. Después de que el Ayuntamiento reclamase en 2002 la cuota variable del impuesto de actividades económicas (IAE) a las salas, algunas han tenido que pagar hasta 42.000 euros. "Durante cinco años nadie se acordó de este impuesto, que grava cada actuación con unos 20 euros. Cuando nos lo reclamaron, lo tuvimos que pagar todo junto. A los teatros alternativos les pasó lo mismo y el Ayuntamiento les proporcionó una línea de crédito", señaló el presidente de La Noche en Vivo.

Fuentes de la Concejalía de las Artes confirmaron que Alicia Moreno tiene previsto celebrar una reunión con la asociación madrileña para estudiar sus peticiones. Rosa León, portavoz del PSOE para asuntos culturales, reclamó una "agenda cultural" como la que hay en Barcelona, donde el Ayuntamiento incluye a las salas en la programación de sus festivales.